domingo, 23 de septiembre de 2007

Una decisión importante


"Ser supervisora es una cuestión de decisión". Tomar la decisión no fue fácil, iniciar un negocio propio te llena de dudas y miedos. Pero cuando tienes a una persona que esta cerca para enseñarte, para apoyarte, la decisión se vuelve un poquitín menos complicada.
Cuando recuerdo el 12 de abril, mi corazón se llena de alegría porque desde ese día, solo he tenido satisfacciones con este negocio que me esta dando crecimiento personal, menos angustias económicas pero sobre todo, me ha dado la oportunidad de compartirlo con mis amigos. Cuando veo sus logros en este negocio maravilloso, me digo: Valio la pena creer que sí puedo.
Esta foto es el recuerdo del inicio de mi trabajo en serio en Herbalife, trabajar y trabajar hasta lograr alcanzar mis sueños, esos sueños que metí en el baúl de los imposibles por la rutina, por el desanimo y por la escacez económica. Sólo hoy sé que depende de mí crecer en este negocio que Karla me presento. Muchas cosas buenas y malas he leído sobre él, pero yo sé que es una realidad ser exitoso en este negocio, lo veo, lo siento y lo respiro en cada segundo de mis días.
Sé que en dos años, no necesitaré levantarme temprano, a regañadientes para marcar una tarjeta, sé que muy pronto alcanzaré la independencia financiera y lo más maravilloso será que mis amigos estarán allí para disfrutar debajo de la palmera del sol, la brisa en un día de semana.

Mustia


Cuando la tristeza me embarga, sólo atino a escribir para no hundirme en el desanimo. Por eso pegue estas tarjetas virtuales que espero les pueda servir a alguno de ustedes para sonreir.
Los quiero amigos.
Vane
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jueves, 20 de septiembre de 2007

Zapatos limpios

Sin querer queriendo, como diría El Chavo, he adquirido una nueva costumbre: Limpiarme los zapatos con los lustrabotas de Juan de Arona, sin querer siempre me atiende el mismo jovencito callado y de peinado trichudito.

Me siento sobre el esqueleto de lo que alguna vez fue una caja de algo, sonrió pero no me devuelven la sonrisa, por inercia coloco mi zapato sobre el bolero desgastado y empieza su labor el silencioso niño: con un cepillo gran le quita el polvo a mis zapatos de bruja, luego con un cepillito pequeñito lo embadurna de betún para rematar con una pasada más de negro betún, esta vez su mano sirve de cepillo. Sus dedos delgados están machados de negro. Me pregunto si sus machas se podrán borrar o simplemente quedarán, allí como una segunda piel, como las manos de los mecánicos veteadas por el diario contacto con la grasa. Con un ligero toc toc en la planta de mi zapatos, me avisa que le toca a mi otro par su respectivo tratamiento.

Ese toque ligero, me llevo a escribir esta entrada, parece que el pequeño lustrabotas evita el contacto con la persona a quien brinda su servicio. Esta es la segunda vez que me limpio los zapatos con este niño y aún no le pregunto su nombre. Estuve tentada a regresar a preguntárselo para colocarlo en esta nota, pero no sé, quizás me guarde esa pregunta para mi próxima visita, quizás cuando me revele su nombre, el hielo se rompa y pueda conocer algo de su historia.
Por el momento imagino que es un chico que aún no termina el colegio, quizás estudia en la nocturna, es el mayor de 5 hermanos y por su mirada triste puedo intuir que ha trabajado desde muy pequeño. En mi próxima visita a la pileta, vecina del BCP, preguntaré: ¿Y cuál es tu nombre?

miércoles, 19 de septiembre de 2007

¡Adiós señora Nelly!


El sábado por la mañana recibí la llamada de Letty y su tono triste me anticipo la noticia: La mamá de Juani ha fallecido hace una hora... Y aunque en las últimas semanas escuche de mi amigo: "Sólo estamos esperando", no terminas de aceptar la noticia, ¿Y cómo esta Juani?, "Aquí te lo paso" me tomo de sorpresa y sólo atine a decirle: ¿Cómo estas amigo?, "Más tranquilo" fue su respuesta.
Letty me encargo la misión de avisarle a mis amigos, soy algo así como el heraldo de las buenas y malas noticias, siempre estoy atenta para comunicar lo que sucede en mi grupo de amigos y esta vez anunciaría la partida de la mamá de un amigo muy querido.
Todos mis amigos tenían la misma reacción: tristeza e interés por saber cómo estaba nuestro amigo. El velatorio estaba abarrotado, Juani en la entrada conversaba con unos señores, nos acercamos, Alex fue el primero en acercarse, mis amigos tienen por costumbre saludarse con beso, me encanta ver esa demostración de afecto entre mis amigos, porque en es inusial y porque escapan al que dirán, simplemente no les importa. El abrazo profundo que siguió al saludo, extraño a un grupo que miraba de reojo aquel abrazo conmovedor entre dos chicos, hasta puedo imaginar que pasaba por sus cabezas. Debo confesar que yo también me sentí algo extraña, pero cuando deje de lado los tontos paradigmas que nos enseñan en el cole: "Los niños no lloran o el afecto entre hombres son mariconadas", mi mente se limpio de esos pensamientos y mi corazón se estremeció, uno llega a amar a sus amigos y el dolor de ellos se convierte en el tuyo.
Amigos a los cuales sólo veo en matrimonios o baby showers, llegaron con la sola intención de estar cerca de Juani, amigo que nos hace reir o sabe escucharnos y cuando te dice: ¿cómo estas amiga?, sabes que en esa pregunta va todo su corazón. Por eso cuando lo vi llorar durante la misa nocturna que celebro el padre Andrés, ya no pude más y me puse a llorar porque en ese momento, caí en la cuenta que la señora Nelly había partido, recordé las veces que ella nos saludaba cariñosa y sonriente cuando llegabamos a su casa o cuando Juani contaba que su mamá le decía que llevará su cama a la parroquia- historia común en todos nosotros- O cuando presentaba a Dieguito como el novio de Camilita... Ver a mi amigo llorar, provoco un dolor tan intenso en mi corazón que necesitaba compartirlo.
Los amigos son para amarlos, no sólo quererlos... Mis amigos me han demostrado que estarán siempre cerca, así lo sentí cuando falleció mi abuelito, Alex, Vanny, Juani, Letty, Lourdes, Alex estuvieron desde el primer momento conmigo, verlos en el velorio fue para mí un gran apoyo. Durante el velorio no puedes estar con todos, pero basta saber que las personas que te aman tal cual eres,estan allí es suficiente.
No sé amigo se leas estas líneas pero desde aquí te envio toda la fortaleza que hemos adquirido a través de los años, toda la Fe que nacio de ese encuentro llamado EJE, todo el amor de María que no enseña cada día a aceptar el dolor como sacrificio de amor pero sobre todo, te envio todo el amor que siento por un amigo que ha sabido crecer y levantarse despues de sus grandes caidas y ha seguido trabajando como manos de Cristo a pesar de todo y de todos.
Cuando miro hacia atrás ya no recuerdo porque peleabamos tanto, sólo puedo recordar esas charlas llenas de emoción tras una pelea porque no querías obedecer las reglas del grupo y claro como yo siempre he sido pegada a ellas, tú y yo eramos como el agua y el aceite. Pero que bueno decir que hoy somos una familia y eres uno de los hermanos que Cristo me regalo en mis años adolescentes. ¡Te quiero amigo!
Vane
19 set. 2007
3:46 pm