lunes, 21 de noviembre de 2011

Huancayo: Lejos de casa

Huancayo ciudad de comercio

“Hoy mientras busca las 100 fotos para imprimir que mi querida amiga Martha Mendez me regaló x mi cumple, encontré esta foto de mi abue Naty cuando cumplió 91 años, me encanta porque transmite una dulzura y necesidad de protección que en esta mañana en Huancayo solo me hace pensar en positivo, abue te amo mucho gracias Lizet C. Serrano primita por hacerle escuchar mis mjs de voz. Sé que pronto estarás en casa, me da un poco de tristeza porque hoy al regresar de viaje de trabajo no estarás para recibirme con esa hermosa sonrisa, fuerte abrazo y tu frase: Ay mi hijita ya esta de vuelta sana y salva en casa. Así tú también abu regresarás sana y salva a casa... No lo dudo. Andrea Comerie te extraño mucho!!! si no es muy tarde hoy dime a que hora te llamo a tu casa”

Eso fue lo primero que colgué en mi muro al levantarme, pensé en mi abuelita porque aún se me hace muy difícil aceptar que ella esta enferma, sé que tengo que tener pensamiento positivo y afirmar que esta sana. Y esa mi lucha desde que regrese a Perú, mi corazón esta fragmentado y siento que mi vida ya no es igual. Y lo agradezco porque la enfermedad de mi abuelita me ha dado una perspectiva diferente de lo que yo quiero para mí en los próximos 5 años, su enfermedad me ha ayudado a fortalecer mi fe en Dios, me ha enseñado a abandonarme en él y eso lo agradezco en esta mañana de lunes 20 en esta ciudad de comercio llamada Huancayo. No esta entusiasmada por viajar, quería quedarme en casa pero le di la vuelta, le dedique estos 3 días a mi abuelita Naty por su recuperación y puedo decir que disfruté mi trabajo nuevamente, compartir con Melissa, Diego, Héctor y Félix periodistas invitados por Movistar para cubrir la Maratón de los Andes, me ha ayudado a sonreir otra vez, a mirarme por dentro. He disfrutado mi trabajo de estos días, porque se los dedique a Dios como oración por la recuperación de mi abue, es un ayuno, un sacrificio, es dejar de hacer algo que nos gusta por otra persona y ofrecérselo a Dios. Eso me paso a mí estos días. Estoy bien cansada por el trajín del viaje, sobre todo porque hoy que vuelva a casa tengo que ir a Sunat para arreglar un problema de ellos pero que yo tengo que solucionar, confio en que me alcance el tiempo para todo. Porque también quiero llevar a imprimir las 100 fotos que Martha me regaló por mi cumple, esa Marthita es lo máximo, siempre le agradezco a Dios en mi oración por su amistad, es una amiga a la que adoro y siempre me apoya.

Esta ciudad de Huancayo con su cielo hermoso, con sus calles llenas de gente, con sus miles de ferreterías, eso me llamó mucho la atención hay como 5 ferreterías en cada cuadra. Es que el negocio de la construcción es muy fuerte aquí. La Maratón de los Andes es un tema aparte, ver como las personas salian corriendo de sus chacras para ver correr a los atletas, alentándolos, los niños vestidos para la ocasión con banderitas de todos los países, barras de niñas, hombres y mujeres de todas las edades al lado de la carretera, ¡es conmovedor! Yo me sentí conmovida por esas muestras de cariño y algarabía de las personas, me refrescaron el alma.

Tengo muchas cosas en la cabeza en qué pensar, muchos temas económicos que resolver, decisiones personales que tomar pero saben qué, todo se lo dejo a Dios, yo le pido a él que me ayude a clarificar lo que quiero y yo me pongo en acción. Ahora más que nunca, sé hacia donde quiero ir.

Agradezco este viaje de Patrocinio, el último del año le puse todas las ganas que me quedan, confió en que los impactos en medios sean buenos. Me regreso a Lima satisfecha por la tarea cumplida, por la amistad iniciada con los chicos que viajaron invitados por Movistar y con la idea de reunir en un gran karaoke a todos los periodistas con los que he viajado, mandaré la invitación, a ver qué tal me sale... Nos vamos para Lima con su cielo gris hermoso, cómo amo ese cielo!!!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi ultima noche en California

Fue dificil despedirme de mi abuelita Naty, aun sigue en cuidados intensivos. Trate de no llorar delante de ella. La miraba dormidita despues del susto que nos dio en la tarde cuando se quedo sin respirar, pense que regresaria a Peru mas tranquila pero me voy inquieta, ella sigue en cuidados intensivos y mientras no salga de alli, su situacion siempre puede cambiar de una hora a otra, pero tengo fe en que Dios quiere lo mejor para ella.

Me despedi de ella con un beso volado como siempre lo hago en Lima y me emocione cuando ella me envio un beso volado usando su mano libre, mirarla echada en esa cama, me parte el corazon, aun sigue con el respirador, confio en que en esta semana se lo saquen. De animo la veo mejor pero no puedo confiarme, hoy la vi tan fragil otra vez, desesperada tratando de decirme que no puede respirar, yo frustada porque no podia llamar a la enfermera que mi abuelita no podia respirar, fueron 15 minutos muy dificiles pero gracias a Dios salio bien. Se que la volvere a ver en Peru en un par de semanas, no pienso en otra posibilidad, no falta mucho para irme al aeropuerto de San Francisco, la verdad no quiero ni dormir, solo pienso en que dejo a mi tia Olga y a mi abuelita aqui, estan mis tios pero siempre mi tia Olga se ha apoyado en mi, desde Lima seguire orando por ellas para que Dios les de fuerzas a ambas. Mi abuelita demostro ser una guerrera y no se dara por vencida, eso no lo dudo.

Si tengo mi fe puesta en Dios no tengo porque temer. Me voy a dormir agradecida por estos 19 dias en este pais, al que le debere la atencion de mi abuelita y un compartir diferente con mi familia.

Hoy en mi ultima visita al Sutter Delta Medical Center, recorria con nostalgia cada punto del camino que recorri en los ultimos 13 dias, como si quisiera atraparlo en mis pupilas. De la casa de Tio Pepe hasta el hospital, segundo piso Cuidados Intensivos cuarto 213... Mi abuelita ha sido mi unico pensamiento en estos 13 ultimos dias, nada quiero mas que verla regresar a casa sana... Solo Dios sabe si eso pasara, yo confio en que si. Le dije tantas cosas mientras dormia, cuando desperto el viernes pasado, sentimos una gran alegria porque los medicos nos dijeron que sino despertaba hasta el lunes, tendria la familia que tomar una decision nada agradable, gracias a Dios el escucho y nos regalo un tiempo mas con ella.

He aprendido en este viaje que la fe en Dios es una fuerza poderosa que a traves de la oracion nos conecta con Dios. Estoy agradecida con este viaje que me ha permitido recordar que Dios esta por encima de lo que crean los seres humanos. He llorado mucho, las cosas como pierden valor cuando un ser amado se enferma, llega al final de su tiempo en la Tierra, sin embargo Dios siempre quiere lo mejor para nosotros y en el caso de mi abuelita, asi es. Por eso, no dejo de decirle todos los dias: Gracias Dios!

Ya es hora de prepararme para el viaje de regreso a casa, el beso de despedida de Kaila, mi sobrinita de 7 anos, me lleno de alegria y calmo mi tristeza. Regreso a Lima convencida de lo que realmente quiero hacer el resto de mi vida. Iniciar un nuevo proyecto no sera facil, pero con Dios a mi lado, nada es imposible. Ahora lo se, tengo pruebas irrefutables de eso.

Regreso exhausta, pero agradecida por el compartir tan especial con toda mi familia. Confio en que sigamos comunicados.
12:31 p.m.

Ultimos dias en California

Hitomi cumple 30
6 de noviembre de 2011
10:15 p.m.
Me parece un sueño ver los ojos de mi abuelita Naty nuevamente, con el favor de Dios ella se esta recuperando, no sé si lento o rápido pero solo puedo decir: Gracias Dios. No me he cansado de agradecerle a Dios por el hermoso regalo que nos ha dado a la familia el viernes. Hoy domingo 6 de noviembre pienso en lo lejano que me parecía esta recuperación, si bien tenía confianza en Dios, estuvo a prueba mi fe. No voy a negar que por momentos mientras oraba, se me cruzaba el pensamiento: ¿Y si Dios quiere algo distinto para mi abuelita? Me costaba aceptar su voluntad.
Cuando mi abuelita ingresó a la unidad de cuidados intensivos, oré con tanta intensidad como nunca, le decía a Dios: “Qué tengo que aprender de esta situación, dame sabiduría para entender la lección” Y después de 11 días lo entendí: “Cree, ten fe y no dudes del poder de Dios”.
Esa ha sido mi lección, cuando esa voz interior me respondía: Si tú confías en Dios, debes dejar que él hago su trabajo. Él siempre quiere lo mejor para nosotros. Para él no existen los imposibles. Y dudaba de esa voz, hoy después de esta primera etapa superada por mi abuelita con la ayuda de Dios, comprendo que si uno se abandona a la voluntad de Dios, nada puede salir mal. Estos 11 días oración y práctica del pensamiento positivo, me han ayudado a confirmar mi fe en lo aprendido y sobre todo en Dios. Le agradezco al Padre por todos mis amigos que han orado por mi abuelita, por cada uno de ellos que se dio el tiempo para ponerla en sus oraciones. Nada es más poderoso que la oración y la recuperación de mi abuelita es una prueba.
Cuando me dijeron que la situación de mi abuelita era critica y que si no despertaba hasta el lunes, nos daban la opción de darle un sedante y quitarle el respirador para que ella se fuera. Fue duro para mí, ese jueves le hablé al oído a mi abuelita le dije todo lo que sentía, le agradecí por los 34 años de amor que me ha dado, le dije que luchará que necesitaba despertar para ayudarse, para vencer a la neumonía. Le dije lo que tú decidas está bien, pero no le hagas elegir a mis tíos si hacerte una traqueotomía o dejarte ir. Le pedí tanto a Dios que él hiciera lo mejor para ella, que no la dejará sufrir, que si era tiempo que ella volviera a él, que lo haga pero que mis tíos ni mi papá tengan que tomar una decisión tan dura. Dios siempre escucha, no me queda duda. Y acepto con alegría el regalo que él nos ha dado, tener otra vez a mi abuelita con sus ojitos vivarachos, sus cejas que se levantan cuando quiere imprimirle carácter a sus palabras, me alegra mucho el corazón.
Mañana si Dios quiere le quitarán el tubo que tiene para respirar, confió en que Dios le permita a mi abuelita respirar solita. Todo está en manos de él y de la fuerza que ha demostrado mi abuelita. Hoy le dije a mi abue: “Tenemos que dar gracias a Dios por tu recuperación” y ella con su mirada tranquila y sus cejas arriba dijo: “Sí”
Me voy a costar más tranquila y agradecida con Dios porque para mí esta experiencia con mi abue, me ha ayudado a poner mis metas claras, mis sentimientos en orden y establecer un nuevo plan para mi vida. ¡Gracias Dios por eso!
He vivido 11 días en familia, he compartido con mis tíos y primos de una manera diferente. Ya solo me queda el lunes y el martes en Estados Unidos y estoy muy agradecida con este país por brindarle un servicio tan bueno a mi abuelita, el Sutter Delta Medical Center ¡es lo máximo! Me queda pendiente un viaje más para compartir con mi familia, ya sin tristeza de por medio. Me voy agradecida por esta nueva visión de ver la vida que Dios me regaló en este viaje.

martes, 1 de noviembre de 2011

Mi abuelita Naty: La Guerrera





Siempre es difícil aceptar la separación física. La muerte para mí es una puerta a otra vida mejor, pero que fácil lo decía antes, hoy que veo a mi abuelita luchando contra la neumonía lejos de su Perú, me digo que tonta he sido en decirlo tan fácil. Aceptar que un ser amado está en una situación delicada, no es fácil… Sé que Dios no pone pruebas más fuertes de las que podamos soportar, pero qué difícil la prueba que me ha puesto en este viaje.

Sé que confió en Dios, sé que la muerte es una puerta a una vida mejor, sé que mi abuelita ha tenido una vida fecunda llena de amor y sacrificios, sé que siempre la he engreído y he sido una nieta cercana… Pero esta noche eso no me basta, estoy luchando conmigo misma, con lo que he aprendido en estos 3 años sobre espiritualidad y con mi corazón que se resiste a decirle adiós a mi abuelita Naty.

Los médicos nos han dado una esperanza, entubarla ha sido la mejor decisión, si vieran como lucha mi abuelita por respirar sola, la máquina ahora ya está en un 40%, ella hace el 60% del trabajo, pero la infección no cede. Hoy ella está en manos de Dios, que difícil se me hace abandonarme en Dios, dejar que él haga su trabajo. No quiero, me resisto a que se la lleve, yo la necesito. Y habla mi yo egoísta, ese mismo yo, que le pidió hace unos meses a su abuelita que le jurara que no se iría de la Tierra antes de verla casada, ella con sus ojos pequeños y traviesos me miró como diciéndome: ¡Ay Vanessita para eso tendría que vivir 300 años!. Pero acepto, me lo prometió… Anoche le dije que la liberaba de esa promesa, no es justo hacer que la mantenga, quiero que mi abuelita se sienta libre de partir cuando lo decida. Yo no quiero que se vaya, pero entiendo que su condición es bien delicada, creo en los milagros, quiero uno para ella. Pero sé también que Dios tiene un plan para ella, no sé que desee para ella, pero sé que es lo mejor.

Es muy duro verla dormida con el tubo en su boca, con tantas sondas en su cuerpo. Anoche mientras la cambiaban pensaba en lo injusto que es desear que viva así, pero es mi abuelita la que debe decidirlo, ella lucha como la guerrera que es. Yo le digo al oído que es una guerrera, que le dé pelea a la neumonía, que ella es fuerte, que saldrá como lo hizo cuando la operaron del corazón. Ella decide que quiere hacer con su vida, ¡lucha abuelita con todas tus fuerzas!. Le digo al oído y lloro, lloro como cuando era niña engreída, si era la engreída de mi abuelita. Tengo tantos recuerdos con ella, me siento orgullosa de decir que desde que regreso a Perú hace 6 años he vivido engriéndola, llenándole de detalles, sonriendo con ella, viendo la tele con ella, acompañándola cuando se ponía nostálgica, para mí, mi abuelita Naty es mi amiga, esa persona que cada mañana me despide de su ventana diciéndome: ¡Vanessita qué te vaya bien! Y yo la miraba siempre y me despedía hasta que la perdía de vista. ¿Quién me lo va a decir ahora que regrese a Perú en 4 días?

Le preguntó a Dios incansablemente desde hace 6 días: ¿qué tengo que aprender de esta situación? ¿Qué? Dame sabiduría para ver qué es… Hasta ahora no lo entiendo. Por qué siempre me eliges para ver sufrir a mis abuelitos, ya lo pase con mi abuelito Moisés, ¡por qué otra vez tengo que ver sufrir a mi abuelita! Y una voz dentro me dice: Porque es tu misión, porque tienes que aprender que la vida es tu escuela y que el alma nunca muere.

Mi corazón esta contraído, las lágrimas son mis compañeras esta noche. No quiero parar de llorar hasta que me quede sin lágrimas, porque más tarde que vaya a ver a mi abuelita solo puedo sonreír, elijo sonreír. Porque a mi abuelita siempre le ha gustado verme sonreír y a mí siempre me gustaba hacerla sonreír. Lo que pase en las próximas 72 horas, es crucial para mi abuelita. Dios en ti pongo mi confianza, que se haga tu voluntad y lo que sea mejor para mi abuelita.

Abuelita bella, para mí siempre estás en mi corazón y nunca dejaras de estarlo, gracias por tanto amor en estos 34 años, gracias por ser mi segunda mamá, gracias por engreírme, por sonreírme cada mañana, por tus manos que en este último año me dieron fuerzas para continuar, para creer en mí. Abue sigue luchando, ¡te necesitamos viejita linda!

Meditaba esta noche sobre las cosas que quería hacer mi abuelita, y muchas de ellas las cumplió durante este año, sobre todo una muy especial para ella: Pasar el día de la madre en una casa frente al mar y ese sueño no se lo cumplí yo, sino su negrita linda: Mirtha. Cada uno de los miembros de los de casa, este año engrió de una manera particular a la abuelita, estoy segura que ahora estamos tristes pero si miramos en positivo, este año fue el año que más hemos compartido con la abuelita porque quizás sin proponernos, este año como familia decidimos vivir cada día como si fuera el último. Y eso es algo que le agradezco a Dios porque no hemos desperdiciado ningún momento del año para pasarlo en familia.

Quizás ver dormida a mi abuelita luchando sea duro para mí, pero sé también que todos llegamos a esta Tierra con una misión, sólo mi abuelita sabe si su misión se terminó. Mientras me quede un rayito de esperanza, yo seguiré pensando que veré a mi abuelita en su ventana diciéndome: ¡Vanessita que te vaya bien! Y yo le responderé: ¡Gracias abue, nos vemos en la noche! Y le mandaré un beso volado como siempre y la miraré hasta que la pierda de vista levantado su mano diciéndome adiós.

V.C.Y -34 años

10:53 pm (California)

12:52 p.m. (Lima)