sábado, 31 de diciembre de 2011

A pocas horas de terminar el 2011

Me pase la tarde durmiendo, ¡qué rico! Aun me estoy sacudiendo la modorra. He pensado mucho en las cosas por las que tengo que agradecer este año. Este 2011 estuvo cargado de experiencias nuevas, de mucho aprendizaje, de partidas familiares, de anuncio de nuevos bebés en la familia, de toma de decisiones, de momentos difíciles familiares, de meditaciones, de crecimiento espiritual, de nuevos amigos, de ausencias de amigos.

Hay tanto por lo que quisiera agradecerle a Dios, quiero agradecer especialmente por la vida de mi abuelita este año porque la vi sonreír, porque fui parte de su vida por 34 años, porque entendí con su partida que la muerte es solo una puerta a una nueva vida, me enseño a fortalecer mi fe en Dios y abandonarme en él. Será el primer Año Nuevo sin ella físicamente, sin embargo a medida que pasan los días me convenzo que ella está más cerca de mí. ¡Gracias Dios por eso!

Gracias por esos momentos complicados en el trabajo, me ayudaron a mirarme hacia adentro, gracias a esos momentos de desafíos madure y me plantee la pregunta: ¿Qué me hace feliz realmente? Una pregunta que me ha dado vueltas los dos últimos meses. Aun sigo buscando la respuesta, parece una pregunta simple, pero no lo es. Y gracias a esos momentos de desafíos, mi vida personal dio un giro. Gracias por eso.
Gracias sobre todo por la familia que tengo, no seremos perfectos, es la familia que elegí para crecer espiritualmente. Este año aprendí a comprender sus razones, a entender y no molestarme por sus comentarios. Y eso también gracias a los libros que he leído, nada sucede por casualidad sino por causalidad y este 2011 reafirmé esa convicción. Mi familia ha sido mi gran apoyo y escuela, compartir con mis papás, mi tía Olga, abuelita y mis hermanos Mirtha, Javier y Diego confirmó que tomé la decisión correcta el 2010 cuando decidí compartir más tiempo con mi familia, aprender de ellos y nada me ha hecho más feliz este 2011 que haber pasado tantas cosas con ellos, buenos y malas, los recuerdos se quedan en las fotos que tomé y que ahora tengo que ver como las guardo, me han dicho que los cds se pican L Estoy tan agradecida con Dios por ese amor tan grande que ellos me dan, que no hay mañana que no me levanté y agradezca porque cada uno de ellos.

Le doy gracias a Dios por mi familia en Estados Unidos, este año me permitió estar en un momento importante en la vida de Liz y Jorge. Este año me he sentido bendecida por Dios porque viaje a Estados Unidos y eso me permitió compartir con mis tíos y primos, ahora siento que mantener los lazos y cercanía depende de mí, me gusta mucho la idea. Que felicidad me dio poder ver como mi familia, como mis primos son felices con sus familias, eso me inspiró y vine con nuevas ideas.
Gracias a Dios por mi familia en Venezuela, ellos siempre los siento cerca de mí con sus mensajes por facebook o blackberry. ¡Dios los bendiga mucho más! Por mi prima Almendra que este año pude compartir con ella y conocerla un poco más, confió en que el próximo año en el viaje de trabajo a Buenos Aires nos podamos ver aunque sea una rato.

Por mi familia de Perú, por mi tío Héctor, por mi tía Mary y Christian que este año estuvieron más cerca, compartimos más momentos y me siento muy feliz porque los tengo cerca. Por mi Marilú que ahora que vive en México es más complicado comunicarnos pero siempre sabe estar cerca cuando la necesito.
Doy gracias a Dios porque envió a sus ángeles a cuidarme, los convirtió en mis amigas cercanas, las que no han dejado que ni un minuto del año me caiga, que deje de sonreír. Gracias  Dios por ellas!! Este año he reafirmado que las amigas se cuentan con los dedos.

También doy gracias por los amigos que este año estuvieron ausentes de mi vida y yo estuve ausente de sus vidas, pienso que eso también es parte del proceso de avanzar, de crecer, dejas a algunos amigos atrás y está bien, sin drama.

Quiero dar gracias por mi familia Canela, por todas las Canelitas que se han convertido en mis amigas, su cariño y su apoyo en los momentos difíciles de mi familia reafirmaron que no solo somos unas fans que seguimos a Jencarlos Canela, sino somos una verdadera familia que nos apoyamos en los buenos y malos momentos. Agradecer especialmente a Lissette y Heriberto Canela por la confianza y el cariño que me dieron este año. Es maravilloso trabajar por difundir la música de Jencarlos en Perú, que no es tarea fácil y sentir que va de la mano del reconocimiento del artista y de su familia. Porque detrás del artista esta un ser humano que nos ayuda a pensar positivo y a crear un mundo más unido como dicen Jen: Un solo mundo, una sola raza. Para mí es un ángel enviado por Dios para transmitir el mensaje de Unidad y amor en este mundo que tanto lo necesita. Confío en que el 2012 logré mi sueño de verlo tocar en Perú.

Esta noche después de las 12 haré un recuento de mi vida como siempre, revisaré las metas que cumplí, las que no y me plantearé nuevos retos. Sin duda, los dos últimos meses del año estuvieron cargados de emociones: el fin de la misión de mi abue Naty en la Tierra, me movió todo y puso a prueba lo leído y aprendido, pienso que pase la prueba. Si piensas lo mejor, lo mejor se te dará.
Hoy en Pizza Hut con mi familia. En el pensamiento Abue Naty.

He avanzado mucho en el plano personal, en esa mirada mía de mí misma, aun tengo que afinar bien esa imagen que tengo de mí misma, con la ayuda de Dios sé que el 2012 será el año en que se cumpla ese sueño personal. Mi confianza esta puesta en Dios, no hará nada de cábalas a las 00:00 horas, lo único que haré será guardar silencio y esperar la respuesta de Dios a mi pregunta: ¿Cuál es el camino que debo seguir para cumplir el plan que tienes para mí? Paciencia es una de mis pruebas. Sobre todo aquella que tiene que ver con el amor, todo lo bueno en la vida demora en llegar y sé que mi compañero ha demorado en llegar porque primero tenía que crecer y sanar para que él llegue a mi vida.

Falta pocas horas para termine el 2011, el ruido de las bombardas y cuetes me lo recuerda. Sigo con sueño jaja!! Es hora de despertar y esperar con ilusión al 2012 porque mi mundo no depende del mundo, depende de la actitud que yo le ponga a todo lo que hago.

Mi primer propósito del 2012 es pensar siempre positivo y esperar lo mejor.
09:29 p.m.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Una Navidad diferente

Hoy hace 6 años mi abuelito Moisés regresó a la fuente de todo. Todos están descansando en la casa de Mirtha, yo aprovecho para escribir. El sol no llego a salir en Miraflores, una neblina espesa no dejo que el sol se asomara, me gusta mucho esta tranquilidad, me ha dejado pensar en un par de cosas que estaban dando vueltas hace tiempo por mi cabeza. Al comienzo, no me terminaba de gustar mucho la idea de no pasarla en casa. Mi papá y mi tía querían pasarla fuera de casa porque les daba pena pasarla en casa por los recuerdos de mi abuelita. Ahora creo que fue lo mejor, mi tía descanso finalmente, durmió bien y hoy la he visto tranquila. Eso me hizo pensar es que soy pegada a las costumbres, que debo variar un poco, salir de la rutina, seguro que este 2012 me escapare un poco más de mí misma.
Una navidad que pensé que iba a ser más triste, sin embargo no lo ha sido, pienso que se dio a que cambie de forma de pensar respecto a la partida de mis abuelitos, nada de tristezas porque ellos están en un plano superior  en donde todo es luz y buena energía. Me gusta cerrar los ojos e imaginármelos caminando a los dos tranquilos por un campo verde, donde las flores tienen un color intenso, donde los seres se miran con amor y saben que son uno con todo. Eso me da paz y me hace sonreír.
Me gusta mucha la vista del departamento de Mirtha, ¡Qué rico escribir así mirando el mar! Es una bendición. Es una navidad diferente sin duda, Mirtha nos sorprendió con regalos para todos, algo que no esperaba, me alegró abrir el regalo, se nota que sabe que me gusta. Mi papi, mi mami, mi tía Olga estuvieron gratamente sorprendidos, pasamos una Noche Buena muy tranquila, no hubo champagne, ¡lo olvidamos! Jaja!! Brindamos con vino, comimos panetón brasileño, ¡buenazo! A mí se me cerraban los ojos porque la noche anterior nos desvelamos celebrando el cumple de papá.
Mi papá cumplió uno de sus sueños, pienso que mi mami también, mi tía y hasta Duke que anduvo por toda la casa sin restricción, feliz dando vueltas en la alfombra de la casa. Regresamos a casa papá y yo para traer algunas cosas de casa para pasar el día, mami preparó unos riquísimos tallarines con asado.

Ya el 25 está por terminar y me queda la paz de ir a visitar a mis abuelitos al cementerio con mi tía Olga y mi papá, la Noche Buena en familia, mi tía Olga tranquila mirando el mar y pidiéndome fotos para el recuerdo, mi mami cocinando feliz en pijama y mi papi feliz leyendo su periódico mirando al mar y Mirtha recostada sobre tía Olga engriéndose como cuando era niñita… Sé que mis abuelitos deben estar muy felices porque pasamos un día en familia.









domingo, 4 de diciembre de 2011

Pensando en ti abue Naty

9:03 a.m.
Hoy amanecí con ganas de escribir sobre ti abue, quizás en estos 14 días desde que partiste a la fuente de todo, me he negado a publicar o liberar todo los sentimientos que me ha provocado tu partida física. Me ha llevado días asimilar que ya no te veré en la ventana, que ya no me recibirás con un abrazo y sonrisa después de mis viajes de trabajo, que no veré la novela contigo, que no me reiré más con tus ocurrencias y travesuras. Que hoy que mi vida empezaba a verse mejor, tú ya no estarás para disfrutarla. Me negaba a escribir porque no quiero llorar, porque en mi creencia, si lloró te ató a la Tierra, y no quiero eso para tu alma eterna, quiero que seas libre, que inicies tu nueva vida espiritual y que si reencarnas pronto, tenga la felicidad de saberlo. Siento un dolor intenso, que se mezcla con rabia. Son dos sentimientos que no quiero sentir, me sentía avergonzada de sentirlos siendo yo católica y que siempre he escuchado que cuando morimos regresamos al Padre, yo me niego a esa posibilidad contigo o me negaba en los dos primeros días.

Dios es sabio porque a través de cada uno de mis amigos y familia, me fue dando el consuelo que necesitaba, la sabiduría para entender el momento. Cada mañana abue desde que enfermaste le pedía a Dios que me diera sabiduría para entender la lección que tenía que aprender en tu enfermedad, sigo aún tratando de entenderla completamente. Pienso que la primera lección fue aprender a abandonarme en él a través de la oración. Los 4 días en que pude acompañarte mientras estabas entubada dormida, orábamos frente a tu cama con tía Olga, orábamos con el corazón. Recuerdo con claridad que te pedí que despertarás, que no le dejarás esa decisión tan dura a tus hijos, Dios fue grande y despertaste el viernes 4 de noviembre, mi corazón sintió una gran alegría, también tristeza porque el miércoles 9 tenía que regresar a Lima y mi corazón se quedaba contigo. ¡Cómo me hubiera gustado escuchar tu voz una vez más! Quizás por eso me duele tanto haber regresado, el tubo que tenía para respirar no te permitía articular palabras, tú te esforzabas pero no podías, me daba impotencia no entenderte, no poder ayudarte, Dios fue bueno conmigo porque en los 4 días que me quede contigo, logré comprender lo que pedías. Ahora entiendo la rabia que sentía cuando regresaba a Perú, no era tanto porque no me habían dado más días para quedarme, sino porque me sentía molesta con Dios por no permitirme quedarme contigo, porque sabía que si Dios quería yo me quedaba. Hoy la rabia se me fue porque entendí que mi misión contigo llego solo hasta antes de que te sacarán el tubo. La misión de acompañarte a cruzar el umbral de la vida, le tocaba a Liz, ella quien fue la persona que cumplió tu sueño de volver a ver a tus hijos, ver a una de tus nietas casarse, ella cumplió su misión hasta el día en que decidiste que tu misión de vida, en esta Tierra se había acabado. No sé si lograste cumplir mi pedido con respecto a Liz, confió en que sí.

Liz que se quedo todas las noches contigo dejando a su esposo en días de recién casados, Jorge siempre me pareció un hombre bueno, hoy creo que es más que bueno es un ser humano extraordinario que ha apoyado a Liz sin titubear. No me ha sido suficiente enviarte mensajes de voz con el Blackberry, Liz siempre te los hacia oir y ella me día la abue ha movido la cabeza y diciendo sí, cuántos de esos mensajes eran diciéndote que te portarás bien, que le hicieras caso a los médicos, porque mi prima Liz se desesperaba al no poder ayudarte, al sentir tu propia impotencia de hacer tú misma tus cosas, cuanta alegría me da haberte ayudado en esos momentos. Hoy sé que no importa cuanto lamente no haber estado con Liz en esas noches cuidándote, porque sé que tú valoras todo aunque el tiempo no te haya alcanzado para decirlo con palabras. Me quedo con tus palabras en tus primeros días de internamiento: “Hijita yo estoy muy agradecida contigo” tomando mi mano me lo dijiste, luego de la noche que pase contigo, y como para que no me quedara duda me volviste a decir que estabas muy agradecida conmigo por todo, te respondí que lo hacía por amor y que era mi manera de agradecerte por todo el amor que me habías dado durante mis 34 años. Tú siempre vas a ser mi segunda mamá, mi madrina de primera comunión, que más regalos que esos. Cuando pienso en mi cumpleaños de este año, me dan ganas de llorar porque todo triste me dijiste que no tenías para darme un regalo que me lo traerías de Estados Unidos, yo te dije: ¡Qué más regalo que estés conmigo! Y es cierto, mi mayor regalo es que hayas pasado mi cumpleaños conmigo, con mis amigos tomando vinito y comiendo torta a pesar que todo empezó muy tarde. ¡Gracias abue por eso!
 Abue yo te siento más cerca de nunca, tu sonrisa y tus ojitos traviesos me acompañan todos los días desde el 21 de noviembre en que partiste a la fuente de todo. He recopilado más de 600 fotos contigo y me he reído, llorado y meditado con cada una de ellas. Tu mirada nostálgica a través de la ventana y tu respuesta melancólica: “Ay hijita pienso en tantas cosas”. Es la lucidez con la que te mantuviste al final de los 91 años, que me duele saber que te fuiste con todas tus facultades mentales, que estabas consciente de tu estado, eso me duele. Me acuerdo cada vez que cierro los ojos nuestra despedida antes de que te entubaran: Vas a cuidar a tu tía! Si te respondí abue no te preocupes así lo haré. Yo intentaba ser la última en salir, no podía resistir la idea de no volverte a ver despierta, ya para salir del cuarto, me acerque nuevamente a darte un beso y tú me agarraste la mano y me dijiste: ¡No  te vayas, no me dejes sola! Me aguante las lágrimas y te dije que no podía, confía en Dios, tú eres fuerte y todo va a salir bien. Tus ojitos tristes me miraron y moviste la cabeza como aceptando esa idea. Fue duro luego verte nuevamente en cuidados intensivos, con ese tubo y tú dormida.

Fueron momentos duros abuelita, fueron 12 días duros para mí, más porque sabía que tenía que regresar a Lima, que ya no estaría a 7 minutos del hospital, sino a 8 horas de viaje por avión. Sólo me arrepiento de haberme quedado más noches contigo, me acuerdo de la noche en que me quede, de lo pendiente que estabas de mí, por eso no descansabas bien. Hasta cuando esta enferma te preocupas de todos. Me acuerdo al cerrar los ojos de nuestra despedida la noche del martes 8 de noviembre: me acerque a tu cama, te bese mucho las manos, la cabeza, te dije que te amaba mucho y que estaba muy agradecida contigo, sin soltarte la mano me aguantaba las ganas de llorar, sabía que si lo hacía iba a ser peor porque temprano le preguntaste a Liz por mí, yo aun no había llegado al hospital. Me dijiste que me amabas, logré entender tus palabras. Te dije que te esperaba en casa. Me resistía irme, tenía que hacerlo. En la puerta del cuarto te dije nos vemos una vez más en casa, en Perú. Te mande un beso volado y tú levantando tu mano me enviaste uno también como a veces lo hacías desde la ventana. ¡Ay, abue cuanta tristeza me da ese recuerdo! Al salir de Cuidados Intensivos me desmorone, lloré, lloré porque quizás en el fondo sabía que era la última vez que te vería, me negaba a aceptarlo, la idea no se me fue.

Abue eres una gran abuelita, gracias por tanto amor, por ser mi apoyo en este año que fue duro para todos, a inicios de año con la partida de mi tío Daniel, tú supiste ser el apoyo de mi mami, a quien querías como una hija. Hoy nos toca a todos ser fuertes como tú, como cuando cargabas las tablas del patio y las subías al techo de la cocina.

Mis recuerdos de niña se van contigo: comer mote con azúcar en la cocina, ensaladas de zanahoria y apio con bastante limón, tú fumando tu pucho de cigarro que escondías debajo del repostero, preparando chicha morada en la ollaza, tocándome la puerta en las mañanas diciéndome: Guane, y como eras sordita nunca escuchabas a la primera mi pasa abue, siempre terminabas tirándome la puerta de mi cuarto debajo de tanta tocarla, eso me hacía reír cuando te abría la puerta a medio vestir apurada por irme a la oficina y me mirabas con esos ojitos vivarachos, tu toallita de aseo al hombro, te miraba y pensaba que era la última vez que lo hacía.
Todo este año algo me anunciaba que sería el último contigo, tal vez porque te veía cansada y pensativa, quizás porque algo aprendí en el último año de mi abuelito Moisés. Cuando me tomaba fotos contigo pensaba quizás esta sea la última vez, e intentaba apartar ese pensamiento porque lo que piensas se realiza. Hoy sé que vienes con un plan de vida ya a esta Tierra y tú abue por más que quise que tu plan no terminará hasta que yo me casará, decidiste partir. Fue egoísta de mi parte que me prometieras vivir hasta que eso pase, cuando estabas dormida ¿recuerdas que te libere de esa promesa? Hoy sé que cuando me case tú y mi abuelito Moisés estarán en el altar, solo recuerda lo que te pedí.

Ya me siento más liberada de todo lo que llevaba dentro, sé que cuando tu cuerpo llegue a casa, será otro dolor más y también sé que tú finalmente descansarás, dejarás de andar por aquí y seguirás tu camino hacia la fuente de todo, es que siempre has hecho tu voluntad y no te quieres ir sin dejar todo según tus planes.
Me cuesta decirte adiós, no lo voy a negar, y sé que debo hacerlo. Intento no usar la palabra “pero” he leído que es negativa y nos detiene, por eso prefiero decirte abue que sí, te digo adiós de manera física, espiritualmente siempre estaremos unidas porque el alma nunca muere, solo se transforma.






Por cierto abue, me quedo una pregunta sin responder, la guardo para cuando nos volvamos a encontrar, confió en que esta vez sí quieras darme la respuesta.
10:00 a.m.