jueves, 29 de septiembre de 2016

Despidiendo mis 30’s

Cuando empecé mi blog hace 10 años, lo inicie con ilusión con esa curiosidad de leerme después de terminar mi década de los 30’s. Hoy cuando mira hacia atrás y leo los post que escribí me he dado cuenta que en muchos años, el ritmo intenso de mi trabajo en Telefónica no me daba tiempo para escribir como hubiera querido. Hoy quiero escribir todo en solo unos días, cosa que es una locura.

Miro con agradecimiento esta década que ya se va, sin duda la mejor para mí. La transición de los 20’s a los 30’s significó para mí madurar, hubo años en que escuché mucho a los demás, tratando de satisfacer a todos, años en que sufrí demasiado por amor, hoy ya no lo haría. Deje atrás ese amor platónico al cual le agradezco mis mejores años de escritura en mi diario personal, las mejores lecturas, los lugares que conocí gracias a él, mi eterno agradecimiento. Él siempre ocupará un lugar especial en mi corazón, eso fue lo mejor de mis 20’s.

A los 29 ingresé a Herbalife como asociada, fue como un presagio de todo lo que significaría cambiar. Así la di la bienvenida a los 30’s iniciando un negocio de bienestar, en el que aprendí y sigo aprendiendo. Al que abandoné cuando deje que esas voces me dijeran que no podía hacerlo. Los años que estuve alejada de Herbalife fueron los más duros para mí. Y Dios tenía planeado recuperarme gracias a Herbalife, que fue el medio por el que volví al servicio de Dios, en ese ambiente conocí personas que como yo buscaban a Dios y servirle. Hoy más convencida que nunca que Dios siempre sabe lo que es mejor para mí.

Luego estuvieron los años en que la frustración de no tener lo que quería, me apagaron, me mellaron mi autoestima, mi alegría, me apagaron. Me convertí en una Vanessa que miraba al espejo y no la reconocía. Fueron dos años de evaluar que quería hacer de mi vida antes de llegar a los 40, ¿qué es lo que realmente me apasiona? Había leído en los libros que uno debe estar donde los ojos le brillen, donde sonrías, donde te apasione estar. ¿Yo me preguntaba cuál era ese lugar?

Fueron dos años de llanto, de no querer levantarme para ir a trabajar, y lo digo con sinceridad, no se trataba de mi trabajo, se trataba de mí. Porque los trabajos tradicionales tienen sus reglas, su mecánica y uno los acepta cuando firma un contrato. Se trataba de lo que realmente anhelaba en mi vida. Algunas personas que no me conocen muy bien, me dicen que fue valiente renunciar a mi estabilidad en Telefónica, más que valiente fue la decisión más importante que he tomado para mí, ha sido la primera vez en mi etapa adulta que tomé una decisión pensando solo en mí, que me tomó dos años, de no dormir, de tener pesadillas pensando que pasaría si renunciaba, ¿tendría para comer? ¿Para pagar mis cuentas? ¿Y saben? Dios se encargó de darme la respuesta hace 3 años y medio, saben de mi amor por Dios y del poder de la oración, yo me deje en sus manos y él fue quien me la dio, fue mostrándome su amor en cada paso. Y la decisión la tomé después de orar. Algunos dirán que Dios no existe, otros que me he fumado los productos (Esa respuesta es la que más gracia me da) pero les puedo asegurar que cuando realmente nos abandonamos en Dios, él te da la respuesta.

Hoy después de 6 meses fuera de una oficina, de todo lo que he vivido y aprendido como independiente, solo puedo decir Gracias Dios, aún hay mucho camino por delante y me emociona saber que lo mejor está por venir. Que tengo un año maravilloso para crecer en todo sentido personal, espiritual, profesional y familiar, que depende ahora solo de mí avanzar. No me voy a dar por vencida, la carrera aun empieza y soy una mujer con alta resistencia. Me emociona saber que todos los días tengo la oportunidad de hablar con una persona más, de almorzar con mi familia que lo que más deseo hacer hasta que Dios me lo permita o mi corazón ya este listo para cuidar al corazón que Dios me enviará.

Hoy más animada con lo que empezaré en octubre, más feliz de quien soy, no espero nada de las personas, eso me ha quitado un peso enorme, si me sorprenden gratamente, aceptaré el regalo, sino me responden como quisiera, también sonreiré porque es más lindo hacer las cosas porque te gusta y no por agradecerle a los demás. Los que realmente me conocen saben que estaré para ellos cuando me necesiten. Hoy más que nunca me siento más cerca de Dios, más agradecida de haber nacido en Perú, de tener  la familia, los amigos, los socios que tengo porque cada uno de ellos son valiosos para mí y sé que yo soy valiosa para ellos.

38 años fueron intensos, de aprendizaje, de alegrías y despedidas. Partieron a la casa del Padre Eterno mis tíos queridos Raúl, Jorge, María. Hoy es  cumpleaños de Daniel, mi tío que falleció hace 5 años, a la edad que yo cumpliré el próximo miércoles: 39 años. El más joven de todos mis tíos, su partida ha sido una de las más dolorosas para mi familia. De su partida temprana aprendí a decir lo que siento en el momento a mi familia, a abrazar más, a decir más te amos. Hoy mi querido Dani sé que estas  siendo abrazado por mi abuelita Zoila y los ángeles cantan para ti. Allí en el cielo eres realmente feliz.  

La partida de mis amados abuelitos Moisés y Naty, a quienes extraño todos los días, me dejo la certeza que había crecido, que ya no era una niña y que la muerte de mis seres amados ya no era tan lejana. Cuando los extraño demasiado,  cierro mis ojos y traigo a mi memoria un recuerdo con ellos y sonrió. Prefiero no recordar sus últimos momentos porque son demasiados tristes, la muerte tiene una antesala dolorosa, que la fe que tenía en ese momento me permito entender pero no por eso puede dejar de llorar. Cuando me toque partir de esta tierra, sé que no me diré: ¿Por qué no hice esto? Desde hoy trabajare para que cuando llegue ese momento diga: Me voy feliz, cumplí todos mis sueños y sonreí todos los días. Y si Dios me lo permite, mis ojos se cerraran viendo a la familia que formaré frente a mí.