Aquí en esta ciudad de restaurantes con mesa en las veredas son las 3:21 a.m. No tengo sueño y debo despertarme en solo una hora y media, lo haré con gusto. El trabajo me trajo hasta aquí con un chévere grupo de periodistas invitados para conocer la Academia Wayra Argentina.
Pensé que no tendría oportunidad de hacer algo de turismo, Vanessa del diario El Comercio es una incansable buscadora de historia, así que gracias a ella conocí el café Tortoni con sus recuerdos de visitantes ilustres, San Telmo con sus mesitas en el parque, el Gran Rex… Caminar me encanta y se puede conocer una ciudad recorriéndola a pie, con mi prima Almendra y Vanessa hicimos un buen grupo de recorrido nocturno que termino bien tarde, o ¿temprano debe decir? Me llamó mucho la atención los avisos para desglosar en el subte, en las cabinas de Telefónica, los enormes huecos en las veredas, que ayer me jugaron una mala pasada, tropecé y se rompió la sandalia antes de llegar la oficina Wayra. Manuel, además de ser un excelente camarógrafo de Frecuencia Latina, es zapatero me solucionó el problema.
Conocer a los emprendedores Wayra de Argentina me dio una visión nueva del concepto: Poner tus ideas en marcha. Que diferente leer sus ideas de proyectos en papel y escucharlo de boca de ellos, transmiten pasión, fe y energía.
Pensé que en este viaje no podría hacer recorrido por Buenos Aires que me gusta tanto. Gracias a Vanessa recorrí el centro de Buenos Aires, conocí el bar de Orsai, de propiedad del creador de http://orsai.bitacoras.com/ por lo que me contaba Vanessa es una revista única en su género, sus distribuidores son fans de la revista que compran un lote y luego las venden para difundirla. Cuando llegue a Lima buscaré uno de los distribuidores peruanos.
Han sido días intenso de trabajo, más tarde debemos acabar las entrevistas con algunos equipos de Wayra y arreglar todo para salir a las 3 pm rumbo Zeisa para regresar a Lima. Tengo que coordinar un cambio de taxi de recojo y tengo listo todo para el viaje.
Compartir con Almendra la tarde-noche ha sido muy relajante, mi primita tiene un carácter alegre como mi tío Daniel. Es bueno verla sonreir me recuerda a Daniel, tiene su sonrisa y esa forma de pensar positivo que tanto tenía Daniel. Es bueno para mí estar con mi familia.
Un viaje que me recarga las baterías con los desafíos que me presentó y por el grupo chévere de periodistas con los que viaje.
Se me cierran los ojos, me voy a dormir un rato.