Cuando empecé mi blog hace 10 años, lo inicie con ilusión
con esa curiosidad de leerme después de terminar mi década de los 30’s. Hoy
cuando mira hacia atrás y leo los post que escribí me he dado cuenta que en muchos
años, el ritmo intenso de mi trabajo en Telefónica no me daba tiempo para
escribir como hubiera querido. Hoy quiero escribir todo en solo unos días, cosa
que es una locura.
Miro con agradecimiento esta década que ya se va, sin duda
la mejor para mí. La transición de los 20’s a los 30’s significó para mí
madurar, hubo años en que escuché mucho a los demás, tratando de satisfacer a
todos, años en que sufrí demasiado por amor, hoy ya no lo haría. Deje atrás ese
amor platónico al cual le agradezco mis mejores años de escritura en mi diario
personal, las mejores lecturas, los lugares que conocí gracias a él, mi eterno
agradecimiento. Él siempre ocupará un lugar especial en mi corazón, eso fue lo
mejor de mis 20’s.
A los 29 ingresé a Herbalife como asociada, fue como un presagio
de todo lo que significaría cambiar. Así la di la bienvenida a los 30’s
iniciando un negocio de bienestar, en el que aprendí y sigo aprendiendo. Al que
abandoné cuando deje que esas voces me dijeran que no podía hacerlo. Los años
que estuve alejada de Herbalife fueron los más duros para mí. Y Dios tenía
planeado recuperarme gracias a Herbalife, que fue el medio por el que volví al
servicio de Dios, en ese ambiente conocí personas que como yo buscaban a Dios y
servirle. Hoy más convencida que nunca que Dios siempre sabe lo que es mejor
para mí.
Luego estuvieron los años en que la frustración de no tener
lo que quería, me apagaron, me mellaron mi autoestima, mi alegría, me apagaron. Me
convertí en una Vanessa que miraba al espejo y no la reconocía. Fueron dos años
de evaluar que quería hacer de mi vida antes de llegar a los 40, ¿qué es lo que
realmente me apasiona? Había leído en los libros que uno debe estar donde los
ojos le brillen, donde sonrías, donde te apasione estar. ¿Yo me preguntaba cuál
era ese lugar?
Fueron dos años de llanto, de no querer levantarme para ir a
trabajar, y lo digo con sinceridad, no se trataba de mi trabajo, se trataba de
mí. Porque los trabajos tradicionales tienen sus reglas, su mecánica y uno los
acepta cuando firma un contrato. Se trataba de lo que realmente anhelaba en mi
vida. Algunas personas que no me conocen muy bien, me dicen que fue valiente
renunciar a mi estabilidad en Telefónica, más que valiente fue la decisión más
importante que he tomado para mí, ha sido la primera vez en mi etapa adulta que
tomé una decisión pensando solo en mí, que me tomó dos años, de no dormir, de
tener pesadillas pensando que pasaría si renunciaba, ¿tendría para comer? ¿Para
pagar mis cuentas? ¿Y saben? Dios se encargó de darme la respuesta hace 3 años
y medio, saben de mi amor por Dios y del poder de la oración, yo me deje en sus
manos y él fue quien me la dio, fue mostrándome su amor en cada paso. Y la
decisión la tomé después de orar. Algunos dirán que Dios no existe, otros que
me he fumado los productos (Esa respuesta es la que más gracia me da) pero les
puedo asegurar que cuando realmente nos abandonamos en Dios, él te da la
respuesta.
Hoy después de 6 meses fuera de una oficina, de todo lo que
he vivido y aprendido como independiente, solo puedo decir Gracias Dios, aún
hay mucho camino por delante y me emociona saber que lo mejor está por venir.
Que tengo un año maravilloso para crecer en todo sentido personal, espiritual,
profesional y familiar, que depende ahora solo de mí avanzar. No me voy a dar
por vencida, la carrera aun empieza y soy una mujer con alta resistencia. Me emociona
saber que todos los días tengo la oportunidad de hablar con una persona más, de
almorzar con mi familia que lo que más deseo hacer hasta que Dios me lo permita
o mi corazón ya este listo para cuidar al corazón que Dios me enviará.
Hoy más animada con lo que empezaré en octubre, más feliz de
quien soy, no espero nada de las personas, eso me ha quitado un peso enorme, si
me sorprenden gratamente, aceptaré el regalo, sino me responden como quisiera,
también sonreiré porque es más lindo hacer las cosas porque te gusta y no por
agradecerle a los demás. Los que realmente me conocen saben que estaré para
ellos cuando me necesiten. Hoy más que nunca me siento más cerca de Dios, más
agradecida de haber nacido en Perú, de tener la familia, los amigos, los socios que tengo
porque cada uno de ellos son valiosos para mí y sé que yo soy valiosa para
ellos.
38 años fueron intensos, de aprendizaje, de alegrías y
despedidas. Partieron a la casa del Padre Eterno mis tíos queridos Raúl, Jorge, María. Hoy es cumpleaños de Daniel, mi tío que falleció hace
5 años, a la edad que yo cumpliré el próximo miércoles: 39 años. El más joven
de todos mis tíos, su partida ha sido una de las más dolorosas para mi familia.
De su partida temprana aprendí a decir lo que siento en el momento a mi
familia, a abrazar más, a decir más te amos. Hoy mi querido Dani sé que
estas siendo abrazado por mi abuelita
Zoila y los ángeles cantan para ti. Allí en el cielo eres realmente feliz.
La partida de mis amados abuelitos Moisés y Naty, a quienes
extraño todos los días, me dejo la certeza que había crecido, que ya no era una
niña y que la muerte de mis seres amados ya no era tan lejana. Cuando los
extraño demasiado, cierro mis ojos y
traigo a mi memoria un recuerdo con ellos y sonrió. Prefiero no recordar sus
últimos momentos porque son demasiados tristes, la muerte tiene una antesala
dolorosa, que la fe que tenía en ese momento me permito entender pero no por
eso puede dejar de llorar. Cuando me toque partir de esta tierra, sé que no me
diré: ¿Por qué no hice esto? Desde hoy trabajare para que cuando llegue ese
momento diga: Me voy feliz, cumplí todos mis sueños y sonreí todos los días. Y
si Dios me lo permite, mis ojos se cerraran viendo a la familia que formaré frente
a mí.