Esta noche es mi última noche de vacaciones, siento que no quiero regresar a la oficina, he disfrutado tanto haciendo mi negocio y manejando mi tiempo. Pero aún necesito aprender en mi trabajo, a diferencia de otros regresos de vacaciones, éste tiene un sabor a reto, tengo 6 meses para trabajar en mí, para cumplir mi reto personal: Crecimiento empresarial y personal apuntando al evento de Liderazgo de Junio. Por cierto tengo que cambiar la fecha de mis vacaciones. Sé que al llegar mañana las cosas seguirán siendo las mismas pero yo no.
El viaje a Santiago de Chile ha sido para mí un viaje al centro de mí misma. Me ha dado temor darme cuenta lo frágil que soy, lo mucho que tengo que cambiar en mi cabeza para alcanzar mis metas. He sido muy dura conmigo misma pero de la forma equivocada, me he sentido una víctima y al regresar a casa, me di cuenta que la solución está en mis manos: Si quiero que las cosas cambien, debo cambiar. Esa frase ha calado en mí y la recordaré siempre, cada vez que quiera quejarme. Mi vida ha sido tan complicada porque yo he querido, quizás no será fácil porque tengo mucho que cambiar en mí misma, confió que la misma energía que he usado para producir lástima, la usaré para levantar el teléfono y hacer mis números. Nada me emociona más hoy que el futuro, ese futuro que sé que construiré desde hoy, claro si quiero. Hoy, me gusta esa palabra, suena fuerte, majestuosa y significativa.
Durante mis vacaciones he recibido algunas llamadas y correos sobre consultas sobre el trabajo, pero no me he detenido mucho en ellas porque necesitaba ese tiempo para mí, para distraer mi cerebro, para llenarlo de cosas buenas e ideas con inspiración. Esta noche me iré a la cama con el mayor agradecimiento porque Dios me bendice con un trabajo, al cual volveré mañana, un lugar donde aprenderé mucho, si pongo ganas. Tengo mi negocio que esta en su mejor momento y sé que todos ganaremos con la gallina de los huevos de oro, yo no pararé y sé que muchos no pararán porque hemos vuelto a soñar gracias a Herbalife.
Pensaba en la felicidad, como la que viven mis amigas en la espera de sus bebés, esa magia de tener un bebé dentro debe ser algo indescriptible. Yo sueño con ese día en que mí lleve un pedacito de amor. Cuando llegue ese momento, sé que mi corazón y mi alma estarán preparados para darse. Hace unos días mire con alegría a dos jovencitos que se tomaban de la mano, ella se recostaba en su pecho, él la acurrucaba. ¡El amor en la adolescencia es tan sublime!
Mañana vuelvo a la oficina con la mejor sonrisa, el mejor humor y las ganas de hacer todo como si fuera el día antes de salir de vacaciones.
V.C.Y
9:37 p.m.
El viaje a Santiago de Chile ha sido para mí un viaje al centro de mí misma. Me ha dado temor darme cuenta lo frágil que soy, lo mucho que tengo que cambiar en mi cabeza para alcanzar mis metas. He sido muy dura conmigo misma pero de la forma equivocada, me he sentido una víctima y al regresar a casa, me di cuenta que la solución está en mis manos: Si quiero que las cosas cambien, debo cambiar. Esa frase ha calado en mí y la recordaré siempre, cada vez que quiera quejarme. Mi vida ha sido tan complicada porque yo he querido, quizás no será fácil porque tengo mucho que cambiar en mí misma, confió que la misma energía que he usado para producir lástima, la usaré para levantar el teléfono y hacer mis números. Nada me emociona más hoy que el futuro, ese futuro que sé que construiré desde hoy, claro si quiero. Hoy, me gusta esa palabra, suena fuerte, majestuosa y significativa.
Durante mis vacaciones he recibido algunas llamadas y correos sobre consultas sobre el trabajo, pero no me he detenido mucho en ellas porque necesitaba ese tiempo para mí, para distraer mi cerebro, para llenarlo de cosas buenas e ideas con inspiración. Esta noche me iré a la cama con el mayor agradecimiento porque Dios me bendice con un trabajo, al cual volveré mañana, un lugar donde aprenderé mucho, si pongo ganas. Tengo mi negocio que esta en su mejor momento y sé que todos ganaremos con la gallina de los huevos de oro, yo no pararé y sé que muchos no pararán porque hemos vuelto a soñar gracias a Herbalife.
Pensaba en la felicidad, como la que viven mis amigas en la espera de sus bebés, esa magia de tener un bebé dentro debe ser algo indescriptible. Yo sueño con ese día en que mí lleve un pedacito de amor. Cuando llegue ese momento, sé que mi corazón y mi alma estarán preparados para darse. Hace unos días mire con alegría a dos jovencitos que se tomaban de la mano, ella se recostaba en su pecho, él la acurrucaba. ¡El amor en la adolescencia es tan sublime!
Mañana vuelvo a la oficina con la mejor sonrisa, el mejor humor y las ganas de hacer todo como si fuera el día antes de salir de vacaciones.
V.C.Y
9:37 p.m.
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