9:15 a.m
Son en mañanas como estas en las que te extraño. En el radio de papá sonaba Ojos Azules no llores cantado por Mercedes Sosa, me puse a llorar recordando las mañanas en la que te observaba detrás de la ventana, tú sentado en tu sillón azul movías tus piernas al ritmo de huaynos de tu tierra, silbabas y movías de vez en cuando la cabeza como trayendo tus recuerdos de infancia, de ese primer amor o de los años en los que te levantaban casi al alba para que trajeras leña.
Te extraño más cuando en días como hoy me siento sola, te extraño cuando no tengo el consejo oportuno de tus sabios labios. Te extraño cuando llego a casa y veo tu cuarto ahora con cosas de mi hermana, recuerdo los días en que llegaba a casa y tocaba tu puerta y me decías pasa Guane, extraño abrazarte, darte un beso y escuchar tus historias de viajes y encuentros con el tigre de ojos brillantes.
Abue te extraño, tu partida ha dejado un hueco grande en mi corazón, una cicatriz que no se cierra nunca, que siempre esta abierta, que sangra de vez en cuando. Los domingos cuando voy a visitarte, hago la oración frente al lugar donde tu cuerpo descansa con la esperanza de que mis palabras lleguen al cielo y tú logres escucharlas. ¡Te extraño abuelito! Y tu partida será siempre una herida en mi corazón. Siempre me dijiste que lo único seguro en la vida es la muerte, todos tenemos que morir. Yo no quería que murieras nunca, pero eso es egoísmo, ahora que ya no estas no soy capaz de tener tu paciencia, tu don de consejo, tu buen humor ni siquiera tu don de reconciliación. Hoy quiero decirte que te extraño, que vives en mi corazón y que siempre serás el hombre que me enseño a tratar a las personas de igual manera, que debo ser correcta siempre y que busque un hombre que amé a su familia, que quiera progresar y que no busque belleza en un hombre sino honradez.
Abuelito hoy te extraño más que nunca, porque estoy creciendo, me estoy acercando a la etapa de formar familia, y aún sigo sola. No quiero desesperarme, y quisiera tu consejo. Quiero soñarte como hace unos meses, en el sueño puede abrazarte, sentir otra vez tus palmadas en mi espalda, esas palmadas que eran de ánimo y no las dabas tan seguido sólo cuando sabías que lo necesitábamos. Viene a mi mente, tu último día con vida, casi te levantas de la cama cuando viste a mi papá entrar, levantaste tu cuerpo, extendiste tus brazos diciendo el nombre de mi papá. Y mi papá correspondió a ese bello gesto con un abrazo profundo. No sé si recordabas que ese día era el cumpleaños de mi papá, eso no importa, sólo sé que esa escena esta grabada en mi pupila. Y te extraño abue, te extraño y sueño con el día en que me veas acercarme al altar, sé que tú estarás conmigo, tú me lo prometiste y tú nunca rompiste una promesa. Por eso sé que cuando este en el altar, sentiré tu voz en mi oído y estaré atenta a tus palabras.
10:10 a.m.
V.C.Y
31 años
Son en mañanas como estas en las que te extraño. En el radio de papá sonaba Ojos Azules no llores cantado por Mercedes Sosa, me puse a llorar recordando las mañanas en la que te observaba detrás de la ventana, tú sentado en tu sillón azul movías tus piernas al ritmo de huaynos de tu tierra, silbabas y movías de vez en cuando la cabeza como trayendo tus recuerdos de infancia, de ese primer amor o de los años en los que te levantaban casi al alba para que trajeras leña.
Te extraño más cuando en días como hoy me siento sola, te extraño cuando no tengo el consejo oportuno de tus sabios labios. Te extraño cuando llego a casa y veo tu cuarto ahora con cosas de mi hermana, recuerdo los días en que llegaba a casa y tocaba tu puerta y me decías pasa Guane, extraño abrazarte, darte un beso y escuchar tus historias de viajes y encuentros con el tigre de ojos brillantes.
Abue te extraño, tu partida ha dejado un hueco grande en mi corazón, una cicatriz que no se cierra nunca, que siempre esta abierta, que sangra de vez en cuando. Los domingos cuando voy a visitarte, hago la oración frente al lugar donde tu cuerpo descansa con la esperanza de que mis palabras lleguen al cielo y tú logres escucharlas. ¡Te extraño abuelito! Y tu partida será siempre una herida en mi corazón. Siempre me dijiste que lo único seguro en la vida es la muerte, todos tenemos que morir. Yo no quería que murieras nunca, pero eso es egoísmo, ahora que ya no estas no soy capaz de tener tu paciencia, tu don de consejo, tu buen humor ni siquiera tu don de reconciliación. Hoy quiero decirte que te extraño, que vives en mi corazón y que siempre serás el hombre que me enseño a tratar a las personas de igual manera, que debo ser correcta siempre y que busque un hombre que amé a su familia, que quiera progresar y que no busque belleza en un hombre sino honradez.
Abuelito hoy te extraño más que nunca, porque estoy creciendo, me estoy acercando a la etapa de formar familia, y aún sigo sola. No quiero desesperarme, y quisiera tu consejo. Quiero soñarte como hace unos meses, en el sueño puede abrazarte, sentir otra vez tus palmadas en mi espalda, esas palmadas que eran de ánimo y no las dabas tan seguido sólo cuando sabías que lo necesitábamos. Viene a mi mente, tu último día con vida, casi te levantas de la cama cuando viste a mi papá entrar, levantaste tu cuerpo, extendiste tus brazos diciendo el nombre de mi papá. Y mi papá correspondió a ese bello gesto con un abrazo profundo. No sé si recordabas que ese día era el cumpleaños de mi papá, eso no importa, sólo sé que esa escena esta grabada en mi pupila. Y te extraño abue, te extraño y sueño con el día en que me veas acercarme al altar, sé que tú estarás conmigo, tú me lo prometiste y tú nunca rompiste una promesa. Por eso sé que cuando este en el altar, sentiré tu voz en mi oído y estaré atenta a tus palabras.
10:10 a.m.
V.C.Y
31 años
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