He decidido
finalmente cerrar ese capítulo largo de mi vida. No sé cuánto tiempo más hubiera
resistido, inventado excusas para seguir amándote o creyendo amarte. Los príncipes
azules han muerto, tal vez mis amigas tengan razón cuando dicen que estoy sola
porque creo en los príncipes azules. Esta madrugada mate a mi príncipe azul. No
me arrepiento, lo mate con la dolorosa convicción de haberle puesto el traje
equivocado de terciopelo azul, a un chico que solo quiere divertirse. Yo no soy
la bella durmiente y tampoco Blanca Nieves. Esta noche sin estrellas, son una
mujer romántica que tiene que dejar de serlo porque sino, mi corazón seguirá
siendo engañado por mis sueños: LOS PRINCIPES AZULES NO EXISTEN.
Lo digo sin
rabia, sin tristeza, solo con convicción: Ha muerto, lo he matado. No quiero
más ilusiones en mi vida, el amor es una decisión, por ahora decido no
enamorarme, no exagerar si algún hombre demuestra interés. No soy fea, debo
dejar de sentirme así. Me gustaría ser una mujer llamativa, seguro que eso me
daría mayor seguridad, pero no lo soy, y debo aprender a amarme como soy. Porque
se llamativa o coqueta no me asegurará un novio.
Estoy
cansada de ser la protagonista soltera y amargada de la serie de chicas. Ya
estoy cansada de ponerme excusas para ser feliz. Esta noche decreto: Que no
necesito un hombre a mi lado para ser feliz, que él llegará cuando deba llegar.
Porque no existe el príncipe azul, pero si los hombres que por verte aunque sea
un segundo, hacen cosas extraordinarias.
Esta noche
mate a mi príncipe azul, no le guardaré luto ni llorare su muerte, solo lo
sepultare con convicción que nunca más volveré a caer en sus brazos.
Libertad para amar me doy. Mañana es un nuevo día y es todo mío.