martes, 31 de julio de 2012

Murió mi príncipe azul


He decidido finalmente cerrar ese capítulo largo de mi vida. No sé cuánto tiempo más hubiera resistido, inventado excusas para seguir amándote o creyendo amarte. Los príncipes azules han muerto, tal vez mis amigas tengan razón cuando dicen que estoy sola porque creo en los príncipes azules. Esta madrugada mate a mi príncipe azul. No me arrepiento, lo mate con la dolorosa convicción de haberle puesto el traje equivocado de terciopelo azul, a un chico que solo quiere divertirse. Yo no soy la bella durmiente y tampoco Blanca Nieves. Esta noche sin estrellas, son una mujer romántica que tiene que dejar de serlo porque sino, mi corazón seguirá siendo engañado por mis sueños: LOS PRINCIPES AZULES NO EXISTEN.

Lo digo sin rabia, sin tristeza, solo con convicción: Ha muerto, lo he matado. No quiero más ilusiones en mi vida, el amor es una decisión, por ahora decido no enamorarme, no exagerar si algún hombre demuestra interés. No soy fea, debo dejar de sentirme así. Me gustaría ser una mujer llamativa, seguro que eso me daría mayor seguridad, pero no lo soy, y debo aprender a amarme como soy. Porque se llamativa o coqueta no me asegurará un novio.

Estoy cansada de ser la protagonista soltera y amargada de la serie de chicas. Ya estoy cansada de ponerme excusas para ser feliz. Esta noche decreto: Que no necesito un hombre a mi lado para ser feliz, que él llegará cuando deba llegar. Porque no existe el príncipe azul, pero si los hombres que por verte aunque sea un segundo, hacen cosas extraordinarias.
Esta noche mate a mi príncipe azul, no le guardaré luto ni llorare su muerte, solo lo sepultare con convicción que nunca más volveré a caer en sus brazos.

Libertad para amar me doy. Mañana es un nuevo día y es todo mío.





martes, 24 de julio de 2012

Entendiendo las señales





Aprovecho cada viaje de trabajo para interiorizar y meditar sobre los pensamientos que rondan mi cabeza. En este último mes, un par de pensamientos daban vuelta y vuelta como león agazapado a punto de atrapar a su presa. Finalmente, ayer después de escuchar la historia de una compañera de trabajo, entendí que ya no puedo seguir encontrando excusas para tomar esa decisión que me niego a tomar, porque involucra dejar de lado mi romanticismo. Pero, entiendo que es la mejor decisión que he tomado. Me tomará tiempo asimilarla y eso me hace feliz porque en el camino, en el aprendizaje desarrollaré otras virtudes necesarias para seguir creciendo y avanzado en el sendero espiritual, como la paciencia y el desprendimiento. Sé que no será fácil, pero implica un desafío y eso me atrae.

En el largo camino de regreso de Talara a Piura, escuchando mis canciones favoritas, llego a mí una voz silenciosa que me dio la respuesta: Sigue tu corazón. Las señales, Dios te las pone en el camino, es decisión verlas o no. Si desde los 7 años creo en Dios y he realizado muchas cosas en nombre de esa fe, porque ahora que necesito fe en la persona más importante del mundo: Yo, sí debo ser por mí porque tengo que realizar mis sueños, porque tengo más de uno. Mi papá me enseño a apuntarle a las estrellas. Y hoy siento que las condiciones están dadas y que Dios me ha dado las respuestas que buscaba, ahora me queda seguir los consejos y trabajar en mi actitud, no caer en el pesimismo. El poder de la palabra es muy grande y desde el sábado decidí usarlo.

Me voy a dormir con un solo pensamiento: Gracias Dios porque has dado la orden para que sean cumplidos.
V.C.Y
34 años
1:38 horas

martes, 17 de julio de 2012

Sin tu nombre

Infinitas noches, desvariando entre tus versos, entre las melodías que creabas para mí. Noches contando estrellas, en un cielo gris. Noches que capturaron mi alma y mis pensamientos, confundiendo la palabra amor con cariño. Una noche decidí borrar tu nombre de mis pensamientos, usé un borrador infame... Tu nombre, apareció nuevamente en mi diario con mayor color. Una noche sin estrellas, sin versos, sin melodías decidí salir de la jaula en la que solita me metí, para liberarme de un pasado lejano, distante. Hoy, en esta noche sin estrellas me llega el rumor de tu voz lejana... Ya no salgo corriendo a buscarte.