Aprovecho cada viaje de trabajo para
interiorizar y meditar sobre los pensamientos que rondan mi cabeza. En este
último mes, un par de pensamientos daban vuelta y vuelta como león agazapado a
punto de atrapar a su presa. Finalmente, ayer después de escuchar la historia
de una compañera de trabajo, entendí que ya no puedo seguir encontrando excusas
para tomar esa decisión que me niego a tomar, porque involucra dejar de lado mi
romanticismo. Pero, entiendo que es la mejor decisión que he tomado. Me tomará
tiempo asimilarla y eso me hace feliz porque en el camino, en el aprendizaje desarrollaré
otras virtudes necesarias para seguir creciendo y avanzado en el sendero
espiritual, como la paciencia y el desprendimiento. Sé que no será fácil, pero
implica un desafío y eso me atrae.
En el largo camino de regreso de Talara a
Piura, escuchando mis canciones favoritas, llego a mí una voz silenciosa que me
dio la respuesta: Sigue tu corazón. Las señales, Dios te las pone en el camino,
es decisión verlas o no. Si desde los 7 años creo en Dios y he realizado muchas
cosas en nombre de esa fe, porque ahora que necesito fe en la persona más
importante del mundo: Yo, sí debo ser por mí porque tengo que realizar mis
sueños, porque tengo más de uno. Mi papá me enseño a apuntarle a las estrellas.
Y hoy siento que las condiciones están dadas y que Dios me ha dado las
respuestas que buscaba, ahora me queda seguir los consejos y trabajar en mi
actitud, no caer en el pesimismo. El poder de la palabra es muy grande y desde
el sábado decidí usarlo.
Me voy a dormir con un solo pensamiento:
Gracias Dios porque has dado la orden para que sean cumplidos.
V.C.Y
34 años
1:38 horas
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