¿Ycuántos años tiene Javiercito?, me preguntan sorprendidos por la interrumpción, pizza bajo el brazo de mi hermanito... Ha cumplido 22 años, el sábado 31 de mayo.... ¡QUEEE!! ¡Vaya estamos viejos! responden mis amigos de toda la vida. Y así que me siento cuando escucho hablar a mi hermano de sus proyectos de vivir solo, de ponerle gas al auto rojo de papá porque ya se cansó de gastar en taxis para ir al trabajo o cuando no dejo de salir por la ventana para atender a las docenas de chicas que vienen a buscarlo y eso que yo siempre pensé que era malagracia. ¡Pero como le suena el celular! ya quisiera que el mío soñara igual!!!
Cuando pienso en mi hermanito viene a mi mente: Javier jugando con su pelota amarilla, risueño, pequeño y travieso o zapateando una marinera. Lo recuerdo haciendo sus panqueques subido en una banca porque no llegaba a la cocina, ¡Que recuerdos!
Cuando lo miro, veo el paso ineludible del tiempo. Nada lo puede detener, queda en mí disfrutar cada minuto con él. A veces me gana el mal genio y me olvido que no tendré mucho tiempo con él. Uno de mis sueños es verlo feliz con lo que decida hacer, aunque ahora habla un poco más siempre me pregunto ¿Que pensará realmente?, ¿Qué quiere realmente?. Sólo me queda apoyarlo con mi silencio, o con un beso cariñoso en la frente cuando lo veo estresado por el trabajo. No entiendo muy bien su onda musical ni por qué pasa horas en su lap top pero lo que si sé que cuando realmente necesite su ayuda él estará para ayudarme como si fuera mi hermano mayor. ¿Si o no pollito? Así como esa vez en que un asqueroso taxista me falto el respeto, tú corriste para agarrarlo del cuello, para mí ese gesto me demostro que mi hermanito me quiere aunque a veces frunza el ceño ante una de mis imprudencias. Te amo hermano!!!
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