Cuándo se ocupan de ti

Hoy amanecí con un sentimiento de liberación, por primera vez en mi vida me tomé con total tranquilidad los comentarios que hicieron sobre mí unas amigas. Me sentí liberada, mi alma bendijo sus yo internos y agradecí por el tiempo que le dedicaron a decirle a mi otra amiga lo que pensaban de mí.

Tomé las cosas que creo debo revisar, las miro con el corazón. No voy a decir que reaccioné como la madre Calcuta pero sí sentí que he avanzado. Esta última semana expuesta a la prueba más difícil en mi entrenamiento espiritual he descubierto que mi fortaleza se encuentra en mi corazón, allí vive Dios con todo lo que yo soy. Esa verdad me ha liberado finalmente de la niña asustada que vivía dentro de mí para darle paso a la mujer segura, sabia y bondadosa que aguardaba su turno para salir. Esa otra Vanessa, espero pacientemente para tomar su turno, pacientemente espero mientras yo, lloré por noches enteras desconsolada cuando me abandonaron- Ahora entiendo que nadie te puede abandonar porque no eres una cosa. Aguardo desde la puerta silenciosa, mientras mi otro yo infantil se debatía entre tomar un camino u otro, finalmente cruce la puerta del miedo y no pienso regresar.

Mi yo infantil me sonrió esta mañana, me miro con esos ojitos traviesos y chispeantes que tanto me gusta y me dijo: Vanessa me voy a jugar, cuando quieras jugar conmigo me buscas, siempre estaré contigo. Y su figura se perdió en un camino de lozetas amarillas y árboles frondosos.

Mi yo adulto me dijo Hola con dulzura como si supiera que tengo miedo de tomar las riendas de mi vida, ella sabe que me atemoriza verme por primera vez como soy: Fuerte, sabia, emprendedora y hermosa. Sabe que he jugado a las escondidas con mis dos yo, sabe que algunas veces he intentado ser adulta y como El Principito he preferido quedarme con la idea que en una boa se ha tragado a un elefante. Pero ya es tiempo de crecer, de avanzar. Me gusta la idea de tomar otro camino y saber que siempre puedo volver a mi espacio de niña.

Ahora a seguir trabajando...

Es un nuevo día, cuando escribí las líneas en la mañana del 4 de noviembre, tenía sentimientos encontrados, una lucha interna porque convencerme a mí misma que esta bien que las personas opinen desde su manera de ver el mundo. Y eso no debe afectarnos. Ratifico lo que escribí en el facebook:

Las opiniones de otros, no eres tú. Bendice a las personas que hablan de ti porque se han tomado un tiempo de sus vidas para decir cosas sobre ti. Cierra los ojos y obsérvalas con tu corazón, toma aquello que creas que debes mejorar. No cambies tu escencia para gustar. A la única persona a quien debes agradar es a ti ...

Y ahora a leer: Comer, rezar, amar… Pronto llegaré a Amar.