Jueves 4 de octubre
Son las 6:28 a.m. Estoy despierta, no puedo
dejar que este día se me escape, solo hasta hoy tendré 34 años. Un fin de
semana de largo dejo reflexión, copas demás y cartas sobre mi mesa de noche, ¿tengo
una? Este año que dejo ha estado cargado de emociones que me han llevado al
límite de mis fuerzas y de mi fe. No entiendo bien por qué, solo me siento
agotada de seguir viviendo el guión del último año, tiempo de cambiarlo.
La vida es como las estaciones, dice Jim Rhon
maestro de maestro, y tiene mucha razón, el invierno de la duda, de las deudas
o del desamor, no dura para siempre, luego llega el verano con su luz y calor.
Yo sigo esperando salir del invierno, me he hecho más fuerte, de eso estoy
completamente convencida.
En este último año, perdí físicamente a mi
abuelita Naty, es un dolor del cual no me recupero, me consuelo sabiendo que
está en un lugar mejor y que está más cerca que nunca, porque el espíritu puedo
ir y venir sin la atadura del cuerpo. Sin embargo, la extraño. Mañana será un
año que ella me abrazo por mi cumpleaños, que me canto Feliz cumpleaños, que
compartió conmigo la mesa, la recuerdo sentada en el comedor de casa, sonriendo
y cantadome, esa carita viejita que me alegraba cada mañana ya no está, y no
puedo evitar llorar. Cómo se puede dejar de amar a un ser que es tan importante
para mí. Esa ha sido una de las lecciones más duras de pasar el año pasado:
Aceptar la muerte como un paso a otra vida, de una persona que me amo tanto en
vida. Preparar su año de partida es como una tarea que no quiero hacer, porque
no quiero aceptar del todo que ya no está físicamente, sin embargo debo avanzar
y aceptarlo, si quiero crecer.
Este año se paso sin leer al Príncipito, lo
primero que haré al llegar a los 35 es leerlo, siempre encuentro esa sabiduría
necesaria para detenerme y reflexionar sobre mi vida. Vida que siento que en
este último año le ha pertenecido a mis deudas y el trabajo. Hay mucho de
cansancio en mis palabras, frustación pero por eso escribo, para sacudírmelas,
para darme un nuevo chance de comenzar, por eso amo mi cumpleaños, porque puedo
empezar de nuevo, agradeciendo por lo que viví , aprender del pasado y avanzar,
aunque no siempre logro despercudirme del pasado jeje!!! Esa es otra tarea que
debo hacer.
Para este nuevo año tengo nuevas metas, he
revisado las que escribí durante el 1 de enero de 2012, algunas he cumplido,
otras debo reforzarlas. Seguiré trabajando en mí misma, con más fe, con más
amor y paciencia, porque me gusta como soy solo tengo que ajustar ciertos
detalles. Una de las cosas que quiero hacer en mi nuevo año de vida es viajar a
Chavín de Huantar, tengo esa deuda pendiente con mi abuelito Moisés, recorrer
esas calles que imaginaba cuando mi abue me contaba sus historias de niño,
recorrer el Castillo de Chavín e imaginar a mi abuelito Moisés de 9 años
ingresando con un ovillo, palomillando con sus amigos. Tomar esas fotos que ya
no le podré enseñar a mi abuelito del lugar donde nació. Sé que él me
acompañará en ese proyecto. Otra de las meta es vivir cada día sin
preocupación, vivir haciendo las cosas que haga con pasión. La pasión y algo de
locura es lo que distingue a los que han logrado el éxito no solo monetario
sino de vida. Un poco de locura, es lo que me falta para alcanzar esos sueños
hasta ahora inalcanzables para mí. Sacrificio también porque tendré que dormir
menos pero valdrá la pena.
Leer mucho más de lo que leí esta año, esa es
una de mis pasiones, leer me permite escapar a lugares que físicamente aun no
puedo ir o a paisajes imaginarios. También me han ayudado a entenderme mejor
los libros de crecimiento personal, han sido mejor que un psicólogo porque
nadie sabe mejor lo que le conviene, que nuestro corazón. El corazón no es un órgano
sensiblero, es sabio, solo que debemos lograr silenciar nuestra mente para
poder escuchar su voz, sin el ruido del día a día y de los conceptos que el
mundo nos introduce en la cabeza. Estudiar y practicar lo espiritual con más
disciplina, es otra de mis metas. Me siento completa cuando medito, oro y práctico
las leyes espirituales. En el último año, agradezco por las personas que he
conocido que también comparten esa curiosidad por lo espiritual, con las que he
conversado horas sobre el tema, nada sucede por casualidad sino por causalidad.
Uno de los regalos más grandes de este último
año: el amor de mis padres y mi tía, solo siento amor y agradecimiento por
ellos, han sido y son mi fortaleza, me han sostenido cuando ya no tenía
fuerzas, ha peleado mis luchas conmigo, han curado mis heridas con sus abrazos
y sus gestos de apoyo. No tengo palabras para agradecerles por todo el apoyo
que me han dado, siento que no lo hacen por responsabilidad -Antes lo creía-
sino porque realmente me aman. Aquí tengo una meta cumplida: Aceptar que mi
familia me apoya y me ama tal como soy. Eso me hace inmensamente feliz y le doy
gracias a Dios por eso, curar con mi familia ha sido un gran regalo.
Me siento afortunada por los amigos que este
último año estuvieron conmigo, con los que compartí cumpleaños, los que me
escucharon, los que estuvieron allí para decir: ¡Vamos Vane si se puede! Mi
especial cariño para Carla, Pili, Sergio, Vane, Romina, Jessica, María José,
Edward, Gigi y Jhoani, gracias a Dios por sus palabras pero sobre todo por su
amistad. A mis amigas del cole Julissa, Cynthia, Gina, María Jessica, Mily,
Sandra y Sarita la carmelita infiltrada por hacer de cada día antes de mi
cumpleaños algo especial y único, nunca voy a olvidar mi fiesta del Principito
con la que di la bienvenida a mis 30 años, siempre será el mejor recuerdo de mi
vida.
Llegó las
7 a.m debo ir a trabajar. Me voy agradecida a Telefónica porque me
apasiona lo que hago allí, solo tengo que poner magia otra vez a los detalles y
sé si le pongo más amor, todo será mucho mejor.
¡Gracias Dios por los 34 años de maravilloso
aprendizaje en esta Tierra!
07:02 a.m.
Mate a mi príncipe azul. Dibujo cortesía de Robotv, gracias por captar la idea :). Ya no creo en los príncipes azules.
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