9:17 p.m. El domingo ya está por
terminar y me permito escribir algunas líneas en esta paz familiar. Desde hace
varias semanas no he tenido descanso mental, los pensamiento van y viene
buscando soluciones. Por eso este domingo en familia me ha permitido descansar
la mente y alejarme de esas perturbaciones llamadas problemas.
No hay nada más revitalizante que
pasar un domingo en familia, sobre todo si la pasamos en casa de Mirtha, la
vista del mar es preciosa, como me gustaría despertarme cada mañana viendo este
paisaje. Hoy de noche las luces del parque del Faro parecen las luciérnagas que
sueño conocer y que me traen el recuerdo de un episodio de Rurouni Kenshin,
cuando Kenshin abraza a Kaoru antes de irse a luchar con Shishio. El antiguo
sangriento batussai deja de lado su aparente distancia y abraza a la mujer que
lo acogió sabiendo que su pasado era sangriento. Un abrazo que a pesar de ser
solo dibujo me transmitió la ternura que seguramente los guerreros samurai
daban a sus esposas antes de partir a la
guerra.
Siempre me han conmovido las
despedidas de los animes, no sé por qué, tienen algo mágico. La despedida de
Shaoran y Sakura en Crónicas de Tsubasa o Inuyasha y Kagome antes de devolverla
a su mundo, hacen que piense que el amor siempre será una fuerza
transformadora.
Por eso creo que la familia
siempre será fuente de amor y paz, así tiene que ser y se debe proteger contra
todo. A veces no es fácil porque muchas veces somos nosotros mismos quienes
creamos un ambiente de intranquilidad porque no controlamos nuestros caracteres.
Esa es mi lucha, controlar mi carácter, a veces creo que lo logro y otras
simplemente me dejo vencer por la negatividad. Y otra vez, llega el salvador
llamado Dios, lo siento dentro de mí y lo busco la oración. Y encuentro
nuevamente esa voz interior y empiezo de nuevo. Solo quiero no tener que
empezar tantas veces, solo quiero empezar a vivir coherentemente con mis
sueños.
Un domingo familiar como pocos.
Los voy a extrañar cuando Mirtha tenga que entregar la casa, es solo una probadita
de lo que puedo conseguir si me dejo de excusas, si creo en mis sueños. A veces
pienso porque es tan difícil creérmelo.
Si el bienestar de mi familia es
importante para mí, ¿por qué demoro tanto en despegar? Esta noche le pediré una
vez más a Yavé que me de sabiduría para entender que bien hay dentro de esta
situación que pasamos hoy.
Si hay algo que agradecer hoy es
haber pasado una tarde viendo películas con mi tía Olga, mis papás y mis
hermanos sentados todos juntos en el sillón. Esa imagen se queda en mi corazón,
aunque no tenga foto. Será que los mejores momentos solo quedan grabados en el
corazón.
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