Este fin de semana ha sido especial para mí. Por fin me di ese tiempo que necesitaba para ordenarme para limpiar mi correo, para disfrutar escribiendo en mi diario, en mi blog, compartiendo con mis amigas del cole, con mi familia. Hoy por ejemplo disfrute de un almuerzo familiar tranquilo y acompañada de una botellita de vino, que tenía guardada desde mi cumple. Su sabor seco me ha dejado una grata sensación de libertad. En unos minutos me voy a misa, siento que mi vida ha tomado un nuevo sentido: Ya no quiero volver al pasado, he perdido una buena amiga en el camino, confio en que Dios nos ayude a ambas. Tengo un horizonte claro de lo que quiero, y una semana nueva empieza para mí. No sé que me deparé el tiempo, el trabajo y la vida pero sé que mi actitud será totalmente distinta.
Ya no quiero volver al pasado, revivir un amor del pasado es imposible, mejor. Ahora entiendo que es mejor avanzar, crecer, sembrar y cuidar una semilla nueva.
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