Hoy es un día increíble. Pensé que haría lo de siempre y cuándo me disponía a escribir mis metas y sueños de este 2011, Papá cambio los planes: ¿Y si ahora que somos 4 nos salimos?, sí vamos a la playa- respondía con rapidez. Eran las once de la mañana cuando se decidió ir a Ancón, ya que pensamos que el sur estaría repleto. Salimos los cuatro: Papá, Mamá, Mirtha y yo.
Yo nunca he ido a Ancón pensé que sería divertido ir con la familia. El camino por la panamericana realmente pesado pero interesante para observar. Un ruido al lado derecho del carro, mientras miraba los carros del carril izquierdo, me sacó de mis pensamientos, un micro golpeo el espejo de la camioneta de Papá, Mirtha despertó. El chofer del micro regreso a su lugar el espejo y se disculpo, todo fue un susto.
Al llegar a Ancón un mar de gente, literalmente caminaba hacia el estrecho camino para ingresar al balneario. Eso nos hizo sospechar que no llegaríamos a ver la playa. Y efectivamente media vuelta, lo intentamos. Decidimos salir por Ventanilla rumbo a La Punta. Mi primera vez en Ancón y solo vi unos edificios que no se por qué me trajeron el recuerdo del Chavo en Acapulco.
El camino hacia La Punta por Ventanilla nos permitió ver la realidad de un país como el nuestro que tiene diferencias aún. Por la pista de Ventanilla, hacia abajo se veían casas construidas y si mirábamos hacia la derecha, las casas en los cerros precariamente construidas. Papá hizo un comentario que puede explicarlo: “Los de abajo también fueron invasión pero hace 40 años, los de arriba tienen pocos años”. Y sí de eso se trata el desarrollo, a veces empiezas con muchas necesidades pero vas superándolas. A medida que avanzamos, el panorama fue cambiando, mientras más nos acercábamos a Lima, las casas y supermercados conocidos iban apareciendo.
Llegamos a La Punta luego de pasar por una zona fea del Callao, papá dice que es la ruta más rápida. Mirtha y Mamá estaban asustadas. Yo estaba demasiado concentrada en mis pensamientos como para reparar en los pobladores del puerto.
Papá nos llevo a un restaurante que esta en su guía, realmente buenazo. Había cola para ingresar, felizmente que Mirtha estaba en la puerta porque una familia numerosa se quiso pasar nuestro turno. Todos comimos algo diferente, yo un ceviche de mango espectacular, Mirtha choritos a la Chalaca, mami un Merlín a la plancha, papá un merlin con salsa de champignones . No esperamos mucho. Y valió la pena, muy cálido el dueño y la atención buena. Me gusto el detalle de la señora, que no sé si es esposa del dueño que nos dijo: Perdonen la demora pero hoy es una locura. A lo que todos respondimos que valió la pena.
Puedo decir que fue un almuerzo familiar muy bueno, Mirtha y yo no peleamos, pudimos conversar y hasta paseamos por el malecón. Me ha gustado mucho pasar este nuevo año, este primer día del año con mi familia. Así quisiera que fuera este año, pasar tiempo con mi familia sin descuidar mi propio crecimiento personal y espiritual.
Salir de mi rutina del primer día del año ha sido maravilloso. Llegar a casa y ver una película con mi mami y mi hermana, me encantó. Por eso quería escribirlo para no olvidarlo. Ahora sí puedo escribir mis metas y sueños para el 2011, siendo más específica esta vez.
¡Feliz año para todos! Este va a ser un año increíble.
9:38 pm
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