Hay noches en las que te sueño, en las que me quedo dormida imaginando tu rostro.
Pensando que quizás en algún rincón del mundo, tú también imagines el mío. Sé que cuando llegues, te reconoceré.
Hay noches, como esta, que las palabras vienen a mi mente. Y fluyen como agua de manantial semejante a una plegaria. En ella pido que aparezcas, te imagino, imagino ese encuentro. Fantaseo mucho, y en esa fantasía apareces tú detrás de mi puerta, al abrirla con cara de sorprendida, tú me dices: Sólo vine a verte. Y me abrazas, en ese abrazo tan esperado me pierdo, siento tu corazón latir tanto como el mío. A penas y podemos respirar, de tan pegados que estamos. Al fin nos hemos encontrado. Tú buscando el amor al otro lado de la luna, y yo buscandote en mis sueños, usando el poder de la ley de la atracción, te traje hasta aquí.
Sé que el día que tú y yo nos encontremos, empezaremos juntos una nueva búsqueda. Sé también que ese día te entregaré el poema que tengo guardado para ti desde hace tantos años, en los cuales te he esperado, cada luna nueva, cada amanecer, en cada caminata en la playa o mis largas caminatas por miraflores y centros comerciales. En cada uno de esas caminatas he intentado encontrar tu rostro. Y siempre me detengo en las parejas que caminan. Hoy pienso en ti y sé que llegarás cuando tengas que llegar, mientras tanto yo solo deseo que me sigas buscando, así como yo te busco en mi mente, en mis sueños. Porque en ellos habita la escencia de tu alma.
V.C.Y
31 años.
9:12 p.m.
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