1:24 a.m. Llegue a Casa. Anoche celebramos el post Cumple de Gina, cariñosamente apodada La Lomb. Por primera vez en mi vida llegue tarde a un festejo cumpleañero. Me costo caro. Y una gran lección de cultura del reclamo justificado, por hacerme la chica actitud positiva me comí un helado de Vainilla que detesto!!! sólo porque el mozo no se sintiera acorralado por los reclamos justificados de Gina, Sandra, Cynthia y Julissa. Monse! porque yo iba a pagar, no me lo iba a regalar.
He llegado a casa y no dejo de pensar que he pagado por un helado que no quise y que se pudo cambiar, pero como dijo Sandra: "Vane saco su san martín y se comió el helado de vainilla como penitencia". Cierto, quizás porque de niña me avergonzaba que mi papá reclamará-según yo- por todo, que yo me grabé en el subconsciente que yo nunca haría eso. Hoy he decidido que ni hablar vuelvo a pagar por algo que no quiero.
Ya me liberé, ya lo escribí y a pasar la página, aprendida la lección ningún mozo me dirá que estoy equivocada y que yo pedí eso: helado de vainilla y lúcuma. En detalles como estos, se debe actuar con firmeza sin llegar a ser arrogante.
No le dejamos propina, no se la ganó. Y no sólo por la falta de atención a mi pedido, sino porque no tiene actitud de servicio, de querer que tú vuelvas al local. Yo no regresaré a ese Delicatese en varios meses. Prefiero ir al de Plaza San Miguel, mejor atención.
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