martes, 29 de julio de 2008

¿Madurez?



La familia sigue creciendo, ahora nos acompaña Fabián Jun el nuevo miembro de la familia Coral Guiza. Es más grande de lo que fueron sus hermanos Camila y Eduardo a los 3 meses, es comelon, sonrie cuando le ponen música de Arashi, al parecer su nombre Jun genera un magnetismo hacia lo japonés.


Llora mucho cuando tiene hambre, por fin logre cargarlo sin que lloré, sentirlo cerca es una sensación maravillosa, me hace pensar en lo frágil que puede ser un ser humano cuando empieza la vida, y la responsabilidad que tenemos de cuidar esa vida. Me da ternura saber que podemos traer al mundo a un ser pequeñito que luego ayudarás a crecer hasta que él tomé conciencia de lo que realmente quiere ser. Me pregunto si mis padres pensaron en la responsabilidad de ser padres, nunca les he hecho esa pregunta, Siempre dejaron que tomaramos nuestras decisiones, incluso desde niños, no recuerdo que no me hayan dejado hacer algo en casa, bueno quizás no puede tomar las clases de balet y piano, pero eso era porque no había dinero para eso, pero nunca sentí que me limitaran. Aprendí mucho en esos errores que cometí de niña, aún siento que soy una niña. Mamá esta tarde me dijo que debía madurar y le dije: ¿Quién decide el grado de m adurez de una persona?, yo me dijo riendose. Y esa respuesta me dejo pensando en la madurez, hace unos días alguien me dijo: Leí por allí que acabas de cumplir 30, ojalá y la madurez que acompaña a esa edad, te haga reflexionar. Me llene de rabia porque nadie tiene por qué cuestionar mi madurez, si madurez significa ser un aburrido, jamás maduraré. Para mí madurez es saber sobrellevar el pasado como un libro que puedes abrir para aprender, actuar con el corazón en el presente sabiendo que estas sembrando el futuro. Y ser madura para mí es más que tener cara agestada y sonrisa de palo. Madurez es amarse y aceptarse como una es, aceptar el paquete completo. Yo ando en esa lucha y no pienso detenerme hasta que me sienta feliz con mi vida.


Así que por un buen tiempo tendrán que aguantar un poco más mis engreimientos, mis llantos de emoción, mis muecas de niña traviesa y mis comentarios, a veces fuera de lugar. Perdón estoy madurando y gracias a ustedes, que me sostienen y me hacen ver mis defectos hacen que cada día me sienta más niña. ¡Eso me hace feliz!

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