Cuando vuelves a salir con tu ex, cruzan por tu cabeza y corazón muchas cosas: cariño, nostalgia, abrazos... Besos. Pero sabes que no puedes revivir un amor que ya no existe, que sabes que es un chico maravilloso, honesto, trabajador pero a quien ya no amas locamente. Y lo miras sentado frente a ti, comiendo y te preguntas: ¿Por qué no funcionó? y lo escuchas contarte lo que le ha pasado en la semana, lo que piensa, intentas ayudarlo a aclarar algunas cosas porque realmente lo quieres, claro ya no es el amor lo que te mueve, pero lo quieres. Y sientes que el corazón se alborota otra vez, pero es quizás resultado de tu espera del amor, tampoco es justo que coquetees sino vas a dar un paso más, no es justo jugar con el otro, aunque el diablito que llevo dentro me anime. ¡Nada! sólo tienes que seguir cultivando esa amistad que extrañabas, esas conversaciones sin máscaras entre tú y él. Y sabes que él también extraña esa amistad entrañable, sincera y a cualquier hora. Y tú eres feliz.
Soy feliz cuando sé que escucharlo, lo ayuda, que sonreirle e ir al cine como en nuestros tiempos de sólo amigos es algo que a él y a mí nos hace felices. Hoy extraño abrazarlo y besarlo, no lo negaré pero ya no existe el amor que nos unió hace 3 años, los dos somos personas distintas. Yo rezo por él cada noche para que encuentre o lo encuentre una mujer buena, que valoré sus cualidades y sepa sobrellevar sus defectos pero que sobre todo sea una mujer que lo amé intensamente, como yo no pude hacerlo.
Ahora que mi corazón esta habitado por un sentimiento extraño, sólo me queda seguir aguardando bajo el techo de mi cabeza a ese hombre que renueve mi fe en el amor, que sea mi compañero un lunes cualquiera para tomar la luna por asalto y colocar nuestra bandera en el lado oscuro de la luna.... ¿Y quién podrá ser?
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