domingo, 4 de noviembre de 2007

Soy una treintona




Llegar a los 30 ha sido una de las experiencias más extrañas de mi vida: señora aquí hay sitio, permiso señora, me puede decir la hora... El señoreo a los 30 parece una cosa común. Me molesta que me digan señora porque no lo soy, pero es también absurdo molestarse porque entonces debería andar con un cartel que diga: NI SE ATREVA A LLAMARME SEÑORA PORQUE SOY SEÑORITA.... Lo cual me ganaría la burla de muchos.

Pero lo que si molesta es darse cuenta que los 30 te obligan a comportarte de una manera más cuerda, si tienes agenda de Hello Kitty te miran raro o si tu celular tiene sticker de Chococat eres infantil. No creo ser infantil, creo que intento ponerle a mi vida color, diversión y mucho entusiasmo porque me cansé de vivir apática, sin atreverme a cambiar.


Por eso me corte el cabello de una manera que nunca me hubiera atrevido antes, uso ropa que antes ni me hubiera puesto, intento sonreir y reirme de mí misma siempre. Porque me niego a aceptar que los 30 te obliguen a ser formal y aseñorada, cada cosa tiene su etapa, es verdad pero yo me salte varias porque me daban miedos los cambios. Hoy me atrevo más con 30 que a los 20, seguramente porque no le debo nada a nadie, porque mis gustos y mis gastos no dependen de otros, y eso me da una seguridad que no sentía hace mucho.

Los 30 me parecen sabrosos, mágicos y llenos de emoción. Y como dice mi tía Ceci: Diviertete y conoce todos los chicos que puedas porque despues, ya no podrás retroceder el tiempo. Sabio consejo.

Que vivan los 30!!!! a celebrar!!!!