domingo, 4 de diciembre de 2011

Pensando en ti abue Naty

9:03 a.m.
Hoy amanecí con ganas de escribir sobre ti abue, quizás en estos 14 días desde que partiste a la fuente de todo, me he negado a publicar o liberar todo los sentimientos que me ha provocado tu partida física. Me ha llevado días asimilar que ya no te veré en la ventana, que ya no me recibirás con un abrazo y sonrisa después de mis viajes de trabajo, que no veré la novela contigo, que no me reiré más con tus ocurrencias y travesuras. Que hoy que mi vida empezaba a verse mejor, tú ya no estarás para disfrutarla. Me negaba a escribir porque no quiero llorar, porque en mi creencia, si lloró te ató a la Tierra, y no quiero eso para tu alma eterna, quiero que seas libre, que inicies tu nueva vida espiritual y que si reencarnas pronto, tenga la felicidad de saberlo. Siento un dolor intenso, que se mezcla con rabia. Son dos sentimientos que no quiero sentir, me sentía avergonzada de sentirlos siendo yo católica y que siempre he escuchado que cuando morimos regresamos al Padre, yo me niego a esa posibilidad contigo o me negaba en los dos primeros días.

Dios es sabio porque a través de cada uno de mis amigos y familia, me fue dando el consuelo que necesitaba, la sabiduría para entender el momento. Cada mañana abue desde que enfermaste le pedía a Dios que me diera sabiduría para entender la lección que tenía que aprender en tu enfermedad, sigo aún tratando de entenderla completamente. Pienso que la primera lección fue aprender a abandonarme en él a través de la oración. Los 4 días en que pude acompañarte mientras estabas entubada dormida, orábamos frente a tu cama con tía Olga, orábamos con el corazón. Recuerdo con claridad que te pedí que despertarás, que no le dejarás esa decisión tan dura a tus hijos, Dios fue grande y despertaste el viernes 4 de noviembre, mi corazón sintió una gran alegría, también tristeza porque el miércoles 9 tenía que regresar a Lima y mi corazón se quedaba contigo. ¡Cómo me hubiera gustado escuchar tu voz una vez más! Quizás por eso me duele tanto haber regresado, el tubo que tenía para respirar no te permitía articular palabras, tú te esforzabas pero no podías, me daba impotencia no entenderte, no poder ayudarte, Dios fue bueno conmigo porque en los 4 días que me quede contigo, logré comprender lo que pedías. Ahora entiendo la rabia que sentía cuando regresaba a Perú, no era tanto porque no me habían dado más días para quedarme, sino porque me sentía molesta con Dios por no permitirme quedarme contigo, porque sabía que si Dios quería yo me quedaba. Hoy la rabia se me fue porque entendí que mi misión contigo llego solo hasta antes de que te sacarán el tubo. La misión de acompañarte a cruzar el umbral de la vida, le tocaba a Liz, ella quien fue la persona que cumplió tu sueño de volver a ver a tus hijos, ver a una de tus nietas casarse, ella cumplió su misión hasta el día en que decidiste que tu misión de vida, en esta Tierra se había acabado. No sé si lograste cumplir mi pedido con respecto a Liz, confió en que sí.

Liz que se quedo todas las noches contigo dejando a su esposo en días de recién casados, Jorge siempre me pareció un hombre bueno, hoy creo que es más que bueno es un ser humano extraordinario que ha apoyado a Liz sin titubear. No me ha sido suficiente enviarte mensajes de voz con el Blackberry, Liz siempre te los hacia oir y ella me día la abue ha movido la cabeza y diciendo sí, cuántos de esos mensajes eran diciéndote que te portarás bien, que le hicieras caso a los médicos, porque mi prima Liz se desesperaba al no poder ayudarte, al sentir tu propia impotencia de hacer tú misma tus cosas, cuanta alegría me da haberte ayudado en esos momentos. Hoy sé que no importa cuanto lamente no haber estado con Liz en esas noches cuidándote, porque sé que tú valoras todo aunque el tiempo no te haya alcanzado para decirlo con palabras. Me quedo con tus palabras en tus primeros días de internamiento: “Hijita yo estoy muy agradecida contigo” tomando mi mano me lo dijiste, luego de la noche que pase contigo, y como para que no me quedara duda me volviste a decir que estabas muy agradecida conmigo por todo, te respondí que lo hacía por amor y que era mi manera de agradecerte por todo el amor que me habías dado durante mis 34 años. Tú siempre vas a ser mi segunda mamá, mi madrina de primera comunión, que más regalos que esos. Cuando pienso en mi cumpleaños de este año, me dan ganas de llorar porque todo triste me dijiste que no tenías para darme un regalo que me lo traerías de Estados Unidos, yo te dije: ¡Qué más regalo que estés conmigo! Y es cierto, mi mayor regalo es que hayas pasado mi cumpleaños conmigo, con mis amigos tomando vinito y comiendo torta a pesar que todo empezó muy tarde. ¡Gracias abue por eso!
 Abue yo te siento más cerca de nunca, tu sonrisa y tus ojitos traviesos me acompañan todos los días desde el 21 de noviembre en que partiste a la fuente de todo. He recopilado más de 600 fotos contigo y me he reído, llorado y meditado con cada una de ellas. Tu mirada nostálgica a través de la ventana y tu respuesta melancólica: “Ay hijita pienso en tantas cosas”. Es la lucidez con la que te mantuviste al final de los 91 años, que me duele saber que te fuiste con todas tus facultades mentales, que estabas consciente de tu estado, eso me duele. Me acuerdo cada vez que cierro los ojos nuestra despedida antes de que te entubaran: Vas a cuidar a tu tía! Si te respondí abue no te preocupes así lo haré. Yo intentaba ser la última en salir, no podía resistir la idea de no volverte a ver despierta, ya para salir del cuarto, me acerque nuevamente a darte un beso y tú me agarraste la mano y me dijiste: ¡No  te vayas, no me dejes sola! Me aguante las lágrimas y te dije que no podía, confía en Dios, tú eres fuerte y todo va a salir bien. Tus ojitos tristes me miraron y moviste la cabeza como aceptando esa idea. Fue duro luego verte nuevamente en cuidados intensivos, con ese tubo y tú dormida.

Fueron momentos duros abuelita, fueron 12 días duros para mí, más porque sabía que tenía que regresar a Lima, que ya no estaría a 7 minutos del hospital, sino a 8 horas de viaje por avión. Sólo me arrepiento de haberme quedado más noches contigo, me acuerdo de la noche en que me quede, de lo pendiente que estabas de mí, por eso no descansabas bien. Hasta cuando esta enferma te preocupas de todos. Me acuerdo al cerrar los ojos de nuestra despedida la noche del martes 8 de noviembre: me acerque a tu cama, te bese mucho las manos, la cabeza, te dije que te amaba mucho y que estaba muy agradecida contigo, sin soltarte la mano me aguantaba las ganas de llorar, sabía que si lo hacía iba a ser peor porque temprano le preguntaste a Liz por mí, yo aun no había llegado al hospital. Me dijiste que me amabas, logré entender tus palabras. Te dije que te esperaba en casa. Me resistía irme, tenía que hacerlo. En la puerta del cuarto te dije nos vemos una vez más en casa, en Perú. Te mande un beso volado y tú levantando tu mano me enviaste uno también como a veces lo hacías desde la ventana. ¡Ay, abue cuanta tristeza me da ese recuerdo! Al salir de Cuidados Intensivos me desmorone, lloré, lloré porque quizás en el fondo sabía que era la última vez que te vería, me negaba a aceptarlo, la idea no se me fue.

Abue eres una gran abuelita, gracias por tanto amor, por ser mi apoyo en este año que fue duro para todos, a inicios de año con la partida de mi tío Daniel, tú supiste ser el apoyo de mi mami, a quien querías como una hija. Hoy nos toca a todos ser fuertes como tú, como cuando cargabas las tablas del patio y las subías al techo de la cocina.

Mis recuerdos de niña se van contigo: comer mote con azúcar en la cocina, ensaladas de zanahoria y apio con bastante limón, tú fumando tu pucho de cigarro que escondías debajo del repostero, preparando chicha morada en la ollaza, tocándome la puerta en las mañanas diciéndome: Guane, y como eras sordita nunca escuchabas a la primera mi pasa abue, siempre terminabas tirándome la puerta de mi cuarto debajo de tanta tocarla, eso me hacía reír cuando te abría la puerta a medio vestir apurada por irme a la oficina y me mirabas con esos ojitos vivarachos, tu toallita de aseo al hombro, te miraba y pensaba que era la última vez que lo hacía.
Todo este año algo me anunciaba que sería el último contigo, tal vez porque te veía cansada y pensativa, quizás porque algo aprendí en el último año de mi abuelito Moisés. Cuando me tomaba fotos contigo pensaba quizás esta sea la última vez, e intentaba apartar ese pensamiento porque lo que piensas se realiza. Hoy sé que vienes con un plan de vida ya a esta Tierra y tú abue por más que quise que tu plan no terminará hasta que yo me casará, decidiste partir. Fue egoísta de mi parte que me prometieras vivir hasta que eso pase, cuando estabas dormida ¿recuerdas que te libere de esa promesa? Hoy sé que cuando me case tú y mi abuelito Moisés estarán en el altar, solo recuerda lo que te pedí.

Ya me siento más liberada de todo lo que llevaba dentro, sé que cuando tu cuerpo llegue a casa, será otro dolor más y también sé que tú finalmente descansarás, dejarás de andar por aquí y seguirás tu camino hacia la fuente de todo, es que siempre has hecho tu voluntad y no te quieres ir sin dejar todo según tus planes.
Me cuesta decirte adiós, no lo voy a negar, y sé que debo hacerlo. Intento no usar la palabra “pero” he leído que es negativa y nos detiene, por eso prefiero decirte abue que sí, te digo adiós de manera física, espiritualmente siempre estaremos unidas porque el alma nunca muere, solo se transforma.






Por cierto abue, me quedo una pregunta sin responder, la guardo para cuando nos volvamos a encontrar, confió en que esta vez sí quieras darme la respuesta.
10:00 a.m.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Huancayo: Lejos de casa

Huancayo ciudad de comercio

“Hoy mientras busca las 100 fotos para imprimir que mi querida amiga Martha Mendez me regaló x mi cumple, encontré esta foto de mi abue Naty cuando cumplió 91 años, me encanta porque transmite una dulzura y necesidad de protección que en esta mañana en Huancayo solo me hace pensar en positivo, abue te amo mucho gracias Lizet C. Serrano primita por hacerle escuchar mis mjs de voz. Sé que pronto estarás en casa, me da un poco de tristeza porque hoy al regresar de viaje de trabajo no estarás para recibirme con esa hermosa sonrisa, fuerte abrazo y tu frase: Ay mi hijita ya esta de vuelta sana y salva en casa. Así tú también abu regresarás sana y salva a casa... No lo dudo. Andrea Comerie te extraño mucho!!! si no es muy tarde hoy dime a que hora te llamo a tu casa”

Eso fue lo primero que colgué en mi muro al levantarme, pensé en mi abuelita porque aún se me hace muy difícil aceptar que ella esta enferma, sé que tengo que tener pensamiento positivo y afirmar que esta sana. Y esa mi lucha desde que regrese a Perú, mi corazón esta fragmentado y siento que mi vida ya no es igual. Y lo agradezco porque la enfermedad de mi abuelita me ha dado una perspectiva diferente de lo que yo quiero para mí en los próximos 5 años, su enfermedad me ha ayudado a fortalecer mi fe en Dios, me ha enseñado a abandonarme en él y eso lo agradezco en esta mañana de lunes 20 en esta ciudad de comercio llamada Huancayo. No esta entusiasmada por viajar, quería quedarme en casa pero le di la vuelta, le dedique estos 3 días a mi abuelita Naty por su recuperación y puedo decir que disfruté mi trabajo nuevamente, compartir con Melissa, Diego, Héctor y Félix periodistas invitados por Movistar para cubrir la Maratón de los Andes, me ha ayudado a sonreir otra vez, a mirarme por dentro. He disfrutado mi trabajo de estos días, porque se los dedique a Dios como oración por la recuperación de mi abue, es un ayuno, un sacrificio, es dejar de hacer algo que nos gusta por otra persona y ofrecérselo a Dios. Eso me paso a mí estos días. Estoy bien cansada por el trajín del viaje, sobre todo porque hoy que vuelva a casa tengo que ir a Sunat para arreglar un problema de ellos pero que yo tengo que solucionar, confio en que me alcance el tiempo para todo. Porque también quiero llevar a imprimir las 100 fotos que Martha me regaló por mi cumple, esa Marthita es lo máximo, siempre le agradezco a Dios en mi oración por su amistad, es una amiga a la que adoro y siempre me apoya.

Esta ciudad de Huancayo con su cielo hermoso, con sus calles llenas de gente, con sus miles de ferreterías, eso me llamó mucho la atención hay como 5 ferreterías en cada cuadra. Es que el negocio de la construcción es muy fuerte aquí. La Maratón de los Andes es un tema aparte, ver como las personas salian corriendo de sus chacras para ver correr a los atletas, alentándolos, los niños vestidos para la ocasión con banderitas de todos los países, barras de niñas, hombres y mujeres de todas las edades al lado de la carretera, ¡es conmovedor! Yo me sentí conmovida por esas muestras de cariño y algarabía de las personas, me refrescaron el alma.

Tengo muchas cosas en la cabeza en qué pensar, muchos temas económicos que resolver, decisiones personales que tomar pero saben qué, todo se lo dejo a Dios, yo le pido a él que me ayude a clarificar lo que quiero y yo me pongo en acción. Ahora más que nunca, sé hacia donde quiero ir.

Agradezco este viaje de Patrocinio, el último del año le puse todas las ganas que me quedan, confió en que los impactos en medios sean buenos. Me regreso a Lima satisfecha por la tarea cumplida, por la amistad iniciada con los chicos que viajaron invitados por Movistar y con la idea de reunir en un gran karaoke a todos los periodistas con los que he viajado, mandaré la invitación, a ver qué tal me sale... Nos vamos para Lima con su cielo gris hermoso, cómo amo ese cielo!!!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi ultima noche en California

Fue dificil despedirme de mi abuelita Naty, aun sigue en cuidados intensivos. Trate de no llorar delante de ella. La miraba dormidita despues del susto que nos dio en la tarde cuando se quedo sin respirar, pense que regresaria a Peru mas tranquila pero me voy inquieta, ella sigue en cuidados intensivos y mientras no salga de alli, su situacion siempre puede cambiar de una hora a otra, pero tengo fe en que Dios quiere lo mejor para ella.

Me despedi de ella con un beso volado como siempre lo hago en Lima y me emocione cuando ella me envio un beso volado usando su mano libre, mirarla echada en esa cama, me parte el corazon, aun sigue con el respirador, confio en que en esta semana se lo saquen. De animo la veo mejor pero no puedo confiarme, hoy la vi tan fragil otra vez, desesperada tratando de decirme que no puede respirar, yo frustada porque no podia llamar a la enfermera que mi abuelita no podia respirar, fueron 15 minutos muy dificiles pero gracias a Dios salio bien. Se que la volvere a ver en Peru en un par de semanas, no pienso en otra posibilidad, no falta mucho para irme al aeropuerto de San Francisco, la verdad no quiero ni dormir, solo pienso en que dejo a mi tia Olga y a mi abuelita aqui, estan mis tios pero siempre mi tia Olga se ha apoyado en mi, desde Lima seguire orando por ellas para que Dios les de fuerzas a ambas. Mi abuelita demostro ser una guerrera y no se dara por vencida, eso no lo dudo.

Si tengo mi fe puesta en Dios no tengo porque temer. Me voy a dormir agradecida por estos 19 dias en este pais, al que le debere la atencion de mi abuelita y un compartir diferente con mi familia.

Hoy en mi ultima visita al Sutter Delta Medical Center, recorria con nostalgia cada punto del camino que recorri en los ultimos 13 dias, como si quisiera atraparlo en mis pupilas. De la casa de Tio Pepe hasta el hospital, segundo piso Cuidados Intensivos cuarto 213... Mi abuelita ha sido mi unico pensamiento en estos 13 ultimos dias, nada quiero mas que verla regresar a casa sana... Solo Dios sabe si eso pasara, yo confio en que si. Le dije tantas cosas mientras dormia, cuando desperto el viernes pasado, sentimos una gran alegria porque los medicos nos dijeron que sino despertaba hasta el lunes, tendria la familia que tomar una decision nada agradable, gracias a Dios el escucho y nos regalo un tiempo mas con ella.

He aprendido en este viaje que la fe en Dios es una fuerza poderosa que a traves de la oracion nos conecta con Dios. Estoy agradecida con este viaje que me ha permitido recordar que Dios esta por encima de lo que crean los seres humanos. He llorado mucho, las cosas como pierden valor cuando un ser amado se enferma, llega al final de su tiempo en la Tierra, sin embargo Dios siempre quiere lo mejor para nosotros y en el caso de mi abuelita, asi es. Por eso, no dejo de decirle todos los dias: Gracias Dios!

Ya es hora de prepararme para el viaje de regreso a casa, el beso de despedida de Kaila, mi sobrinita de 7 anos, me lleno de alegria y calmo mi tristeza. Regreso a Lima convencida de lo que realmente quiero hacer el resto de mi vida. Iniciar un nuevo proyecto no sera facil, pero con Dios a mi lado, nada es imposible. Ahora lo se, tengo pruebas irrefutables de eso.

Regreso exhausta, pero agradecida por el compartir tan especial con toda mi familia. Confio en que sigamos comunicados.
12:31 p.m.

Ultimos dias en California

Hitomi cumple 30
6 de noviembre de 2011
10:15 p.m.
Me parece un sueño ver los ojos de mi abuelita Naty nuevamente, con el favor de Dios ella se esta recuperando, no sé si lento o rápido pero solo puedo decir: Gracias Dios. No me he cansado de agradecerle a Dios por el hermoso regalo que nos ha dado a la familia el viernes. Hoy domingo 6 de noviembre pienso en lo lejano que me parecía esta recuperación, si bien tenía confianza en Dios, estuvo a prueba mi fe. No voy a negar que por momentos mientras oraba, se me cruzaba el pensamiento: ¿Y si Dios quiere algo distinto para mi abuelita? Me costaba aceptar su voluntad.
Cuando mi abuelita ingresó a la unidad de cuidados intensivos, oré con tanta intensidad como nunca, le decía a Dios: “Qué tengo que aprender de esta situación, dame sabiduría para entender la lección” Y después de 11 días lo entendí: “Cree, ten fe y no dudes del poder de Dios”.
Esa ha sido mi lección, cuando esa voz interior me respondía: Si tú confías en Dios, debes dejar que él hago su trabajo. Él siempre quiere lo mejor para nosotros. Para él no existen los imposibles. Y dudaba de esa voz, hoy después de esta primera etapa superada por mi abuelita con la ayuda de Dios, comprendo que si uno se abandona a la voluntad de Dios, nada puede salir mal. Estos 11 días oración y práctica del pensamiento positivo, me han ayudado a confirmar mi fe en lo aprendido y sobre todo en Dios. Le agradezco al Padre por todos mis amigos que han orado por mi abuelita, por cada uno de ellos que se dio el tiempo para ponerla en sus oraciones. Nada es más poderoso que la oración y la recuperación de mi abuelita es una prueba.
Cuando me dijeron que la situación de mi abuelita era critica y que si no despertaba hasta el lunes, nos daban la opción de darle un sedante y quitarle el respirador para que ella se fuera. Fue duro para mí, ese jueves le hablé al oído a mi abuelita le dije todo lo que sentía, le agradecí por los 34 años de amor que me ha dado, le dije que luchará que necesitaba despertar para ayudarse, para vencer a la neumonía. Le dije lo que tú decidas está bien, pero no le hagas elegir a mis tíos si hacerte una traqueotomía o dejarte ir. Le pedí tanto a Dios que él hiciera lo mejor para ella, que no la dejará sufrir, que si era tiempo que ella volviera a él, que lo haga pero que mis tíos ni mi papá tengan que tomar una decisión tan dura. Dios siempre escucha, no me queda duda. Y acepto con alegría el regalo que él nos ha dado, tener otra vez a mi abuelita con sus ojitos vivarachos, sus cejas que se levantan cuando quiere imprimirle carácter a sus palabras, me alegra mucho el corazón.
Mañana si Dios quiere le quitarán el tubo que tiene para respirar, confió en que Dios le permita a mi abuelita respirar solita. Todo está en manos de él y de la fuerza que ha demostrado mi abuelita. Hoy le dije a mi abue: “Tenemos que dar gracias a Dios por tu recuperación” y ella con su mirada tranquila y sus cejas arriba dijo: “Sí”
Me voy a costar más tranquila y agradecida con Dios porque para mí esta experiencia con mi abue, me ha ayudado a poner mis metas claras, mis sentimientos en orden y establecer un nuevo plan para mi vida. ¡Gracias Dios por eso!
He vivido 11 días en familia, he compartido con mis tíos y primos de una manera diferente. Ya solo me queda el lunes y el martes en Estados Unidos y estoy muy agradecida con este país por brindarle un servicio tan bueno a mi abuelita, el Sutter Delta Medical Center ¡es lo máximo! Me queda pendiente un viaje más para compartir con mi familia, ya sin tristeza de por medio. Me voy agradecida por esta nueva visión de ver la vida que Dios me regaló en este viaje.

martes, 1 de noviembre de 2011

Mi abuelita Naty: La Guerrera





Siempre es difícil aceptar la separación física. La muerte para mí es una puerta a otra vida mejor, pero que fácil lo decía antes, hoy que veo a mi abuelita luchando contra la neumonía lejos de su Perú, me digo que tonta he sido en decirlo tan fácil. Aceptar que un ser amado está en una situación delicada, no es fácil… Sé que Dios no pone pruebas más fuertes de las que podamos soportar, pero qué difícil la prueba que me ha puesto en este viaje.

Sé que confió en Dios, sé que la muerte es una puerta a una vida mejor, sé que mi abuelita ha tenido una vida fecunda llena de amor y sacrificios, sé que siempre la he engreído y he sido una nieta cercana… Pero esta noche eso no me basta, estoy luchando conmigo misma, con lo que he aprendido en estos 3 años sobre espiritualidad y con mi corazón que se resiste a decirle adiós a mi abuelita Naty.

Los médicos nos han dado una esperanza, entubarla ha sido la mejor decisión, si vieran como lucha mi abuelita por respirar sola, la máquina ahora ya está en un 40%, ella hace el 60% del trabajo, pero la infección no cede. Hoy ella está en manos de Dios, que difícil se me hace abandonarme en Dios, dejar que él haga su trabajo. No quiero, me resisto a que se la lleve, yo la necesito. Y habla mi yo egoísta, ese mismo yo, que le pidió hace unos meses a su abuelita que le jurara que no se iría de la Tierra antes de verla casada, ella con sus ojos pequeños y traviesos me miró como diciéndome: ¡Ay Vanessita para eso tendría que vivir 300 años!. Pero acepto, me lo prometió… Anoche le dije que la liberaba de esa promesa, no es justo hacer que la mantenga, quiero que mi abuelita se sienta libre de partir cuando lo decida. Yo no quiero que se vaya, pero entiendo que su condición es bien delicada, creo en los milagros, quiero uno para ella. Pero sé también que Dios tiene un plan para ella, no sé que desee para ella, pero sé que es lo mejor.

Es muy duro verla dormida con el tubo en su boca, con tantas sondas en su cuerpo. Anoche mientras la cambiaban pensaba en lo injusto que es desear que viva así, pero es mi abuelita la que debe decidirlo, ella lucha como la guerrera que es. Yo le digo al oído que es una guerrera, que le dé pelea a la neumonía, que ella es fuerte, que saldrá como lo hizo cuando la operaron del corazón. Ella decide que quiere hacer con su vida, ¡lucha abuelita con todas tus fuerzas!. Le digo al oído y lloro, lloro como cuando era niña engreída, si era la engreída de mi abuelita. Tengo tantos recuerdos con ella, me siento orgullosa de decir que desde que regreso a Perú hace 6 años he vivido engriéndola, llenándole de detalles, sonriendo con ella, viendo la tele con ella, acompañándola cuando se ponía nostálgica, para mí, mi abuelita Naty es mi amiga, esa persona que cada mañana me despide de su ventana diciéndome: ¡Vanessita qué te vaya bien! Y yo la miraba siempre y me despedía hasta que la perdía de vista. ¿Quién me lo va a decir ahora que regrese a Perú en 4 días?

Le preguntó a Dios incansablemente desde hace 6 días: ¿qué tengo que aprender de esta situación? ¿Qué? Dame sabiduría para ver qué es… Hasta ahora no lo entiendo. Por qué siempre me eliges para ver sufrir a mis abuelitos, ya lo pase con mi abuelito Moisés, ¡por qué otra vez tengo que ver sufrir a mi abuelita! Y una voz dentro me dice: Porque es tu misión, porque tienes que aprender que la vida es tu escuela y que el alma nunca muere.

Mi corazón esta contraído, las lágrimas son mis compañeras esta noche. No quiero parar de llorar hasta que me quede sin lágrimas, porque más tarde que vaya a ver a mi abuelita solo puedo sonreír, elijo sonreír. Porque a mi abuelita siempre le ha gustado verme sonreír y a mí siempre me gustaba hacerla sonreír. Lo que pase en las próximas 72 horas, es crucial para mi abuelita. Dios en ti pongo mi confianza, que se haga tu voluntad y lo que sea mejor para mi abuelita.

Abuelita bella, para mí siempre estás en mi corazón y nunca dejaras de estarlo, gracias por tanto amor en estos 34 años, gracias por ser mi segunda mamá, gracias por engreírme, por sonreírme cada mañana, por tus manos que en este último año me dieron fuerzas para continuar, para creer en mí. Abue sigue luchando, ¡te necesitamos viejita linda!

Meditaba esta noche sobre las cosas que quería hacer mi abuelita, y muchas de ellas las cumplió durante este año, sobre todo una muy especial para ella: Pasar el día de la madre en una casa frente al mar y ese sueño no se lo cumplí yo, sino su negrita linda: Mirtha. Cada uno de los miembros de los de casa, este año engrió de una manera particular a la abuelita, estoy segura que ahora estamos tristes pero si miramos en positivo, este año fue el año que más hemos compartido con la abuelita porque quizás sin proponernos, este año como familia decidimos vivir cada día como si fuera el último. Y eso es algo que le agradezco a Dios porque no hemos desperdiciado ningún momento del año para pasarlo en familia.

Quizás ver dormida a mi abuelita luchando sea duro para mí, pero sé también que todos llegamos a esta Tierra con una misión, sólo mi abuelita sabe si su misión se terminó. Mientras me quede un rayito de esperanza, yo seguiré pensando que veré a mi abuelita en su ventana diciéndome: ¡Vanessita que te vaya bien! Y yo le responderé: ¡Gracias abue, nos vemos en la noche! Y le mandaré un beso volado como siempre y la miraré hasta que la pierda de vista levantado su mano diciéndome adiós.

V.C.Y -34 años

10:53 pm (California)

12:52 p.m. (Lima)

miércoles, 5 de octubre de 2011

¡Bienvenidos 34!



Son las 3 am, no tengo sueño, debería estar haciendo mi trabajo de la universidad que debo presentar el jueves. Pero este es un nuevo año y elijo hacer lo que me gusta antes de lo que debo.

Estoy sumamente conmovida por los saludos que he recibido desde ayer por mi cumpleaños. Me doy cuenta que tengo mucho amor en mi vida que agradecer, muchas personas que se toman el trabajo de escribirme y desearme un feliz cumpleaños. Por eso quiero darte gracias Dios porque sé que este nuevo año estará cargado de amor.
Estoy agradecida por el año que he terminado porque fue de gran aprendizaje, conocimiento personal y reafirmar lazos con mi familia y amigos, pero sobre todo con Dios. Hoy sé que es lo que quiero. Para no dejarme llevar por una excusa nuevamente, empiezo a escribir, amo escribir y este nuevo año mi blog estará lleno de historias, de sentimientos y toda mi energía para pensar positivo. Confió en que me sigan leyendo y opinando.

Este nuevo año de vida, lo inicio con ilusión como cuando te enamoras por primera vez: esperas solo lo mejor. Así lo espero yo, nada me detendrá en la meta que me he trazado. Nada, porque Dios esta de mi lado.
Hay tantas cosas que dan vueltas en mi cabeza, tantos sentimientos que se avivan en mi corazón siento que el dolor quedo atrás. Hoy sonrio con mi mente, con mi alma y corazón. ¡Qué rico se siente! Soy una mujer completamente nueva, me asombro ante la luz que noto en el espejo cuando me miro, ¿será acaso que el amor ya asoma?
En el último año he recuperado mi costumbre de leer libros de todo tipo y no dejaré de hacerlo. Amo leer, mis primeros amigos los encontré en los libros de casa. Hoy son mis compañeros de camino. Ando feliz como una lombriz porque mi vida se ha ordenado y la claridad llego para quedarse.

Mi cumpleaños me encanta, me gusta que me engrían y este año me dejaré engreir sin roche jaja!!! Mis amigas del cole abrieron las celebraciones patronales con el pre cumpleaños en la bodega el lunes. Hoy me quedaré en casa para disfrutar de un lonche familiar y recuperar la hermosa costumbre de recibir a mis amigos en casa.
Hoy estoy feliz porque siento que Dios escuchó mi oración y que todo llega a su tiempo. Qué certeza dejar todo en sus manos. Abandonarse, confiar, creer son las palabras que me sostendrán de ahora en adelante.

Ahora sí a dormir un poco para terminar mi tarea de la universidad. ¡Qué emoción estudiar!

Adiós 33


Son las 6:52 am. Mientras espero que papá salga del baño, he decidido escribir para mi blog. Llevo días intentando hacerlo, pero llego tan cansada a mi casa y con ganas de dormir, que lo he dejado siempre de lado. Una primera lección para el nuevo año que empezaré: No dejar nada de lo que me gusta para después.
Me está dando una nostalgia terrible dejar los 33 años, ¡me han gustado tanto! El número me parece mágico. El octubre del año pasado cuando los cumplí los relacioné con la edad de Cristo y de verdad que ha sido un año de pruebas de crecimiento y estoy muy agradecida porque he crecido en lo personal, familiar pero sobre todo en lo espiritual. Regrese a mis raíces en la parroquia y a través de ese regreso me reencontré con Vanessa de EJE a la que le gusta ser instrumento de Cristo, a la que se entrega de lleno y saca tiempo de donde sea para trabajar por él. Volví a mis raíces católicas para renovar mi compromiso personal con mi crecimiento personal. Los chicos de EQUIPO me han devuelto las ganas de servir, este va ser mi último año como coordinadora de Equipo y no se imaginan la nostalgia que eso me produce, es como cuando acabe el colegio sabía que nunca más usaría uniforme ni vería a mis amigas todos los días. La misma sensación me produce dejar el grupo porque me encanta participar de fines de semana EJE, ver como los chicos se encuentran con Dios, con su familia, con ellos mismos. Pero también es tiempo de crecer en Comunidad, de aceptar nuevas formas de servir. ¡Ay ya me puse triste!
Hay tanto que quisiera escribir, que siento que no me alcanzará el tiempo porque debo ir a trabajar y quiero colgar este post antes de irme. Lo que sí siento es que este año que ha pasado me ha enseñado a amarme intensamente, a curar heridas pasadas, he crecido espiritualmente, me he enfrentado a pruebas muy duras. Mis 33 años me enseñaron la fuerza que tengo y la capacidad que tengo de curarme pronto. Ahora sé que nada me detendrá en mi camino, que nada podrá vencerme porque tengo de mi lado a Dios. Sé que no soporto ahora, ya no dejo que las cosas negativas se apoderen de mis pensamientos. Es una lucha constante pero las herramientas para superar las pruebas las tengo, ahora en este nuevo año 34 me toca perseverar y poner en practica todo lo leído, lo aprendido. ¡GRACIAS DIOS, POR ESTE AÑO QUE DEJO!
Feliz con mi familia, mi amistad con Javier va creciendo y esa es una meta conseguida que me llena de orgullo y me hace muy feliz. Con mis papis converso mucho más, me siento sumamente agradecida con Dios por haberme dado unos padres maestros, que me han enseñado a ser mejor mujer, a valorarme en todo sentido y me han dado las fuerzas cuando sentía que ellas me abandonaban… Son mis grandes amigos. Tengo una tarea pendiente con Mirtha pero se lo dejo en manos de Dios como todo en este último año, él sabe cuándo será el momento preciso para acercarnos como hermanas. A mí me queda tener paciencia.
He compartido más con mi tía y mi abuelita, ellas han sido muchas veces motivo de risas o de agradecimiento porque con sus gestos hacia mí, Dios me dijo: Mira todo el amor que tienes a tu alrededor, no dejes de valorarlo, no digas que no tienes amor. Y esa ha sido mi mayor lección en este año que dejo: El amor esta cerca siempre, la familia es el primer lugar de amor. Nada puede detenerte si el amor esta en tu vida.
Algo que creo no cambiará es que siempre que voy a entrar a bañarme, alguien quiere entrar al baño grrr!! Jaja!! Así que ahora también me toca esperar que Catty entre jaja!! En fin hoy quiero salir temprano a trabajar y todo se pone en contra jaja!!! Señales!!!
También estoy agradecida porque en este año que dejo recuperé una amistad muy importante para mí, aún no tenemos esa conversación que nos tenemos pendiente pero es una buena forma de empezar mi nuevo año con esa conversación. Estoy tan agradecida por tanto.
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Nota al pie: No termine el post y decidí escribir uno sobre los 34 años. 02:28 am