martes, 4 de marzo de 2008

Roncadora




¡Ay las roncadoras, eso le gustaba a tu abuelito! en la tele se escucha una melodía armoniosa de arpas, bombos y quenas, ¡tan festivas! tan tristes para mí. Pensaba en escribir sobre otro tema, pero esa melodía andina ha hecho que evoque las tardes de huaynos, me parece escuchar a mi abue: "Eso Guane zapatea", sonreí y siempre me escabullía, ahora cuanto daría por bailar un par de huaynos ante la mirada de mi abuelito.
Extraño nuestras conversas sobre la vida, sobre la muerte: "Guane, la muerte es natural" "el único lugar que es tuyo, es tu tumba". Esta noche te extraño más que nunca, quisiera tocar la puerta y escuchar tu voz diciendome: pase guane, quisiera poder abrazarte una vez más, decirte abuelito lindo, quisiera que te rias de mi cara cuando no entendía tus bromas, quisiera no tener que ser yo la que te acompañó en tus últimos momentos de vida, a mí también se me paro el corazón. Quisiera regresar el tiempo y darme cuenta que te estabas despidiendo esa mañana del 25 de diciembre, para no estar tan sola, para no tener que enfrentar mi miedo a tu muerte, a sentirme sola, extraño tus consejos.
Tu muerte siempre será una herida en mi corazón, pude hacer más, pude ser más inteligente para entender que era una treta las idas y venidas de los doctores, puede haber leído entre líneas que armaban un show. Puede hacer tanto, pero ya nada puedo hacer hoy, en mi corazón quedarán tus consejos y tu buen humor.

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